Crush » Calum Hood

35

Había estado en mi casa desde ese día sin salir, tocar mi teléfono y sin prestar la más mínima atención a Calum y a Katherine.

Había estado esos tres días mirando mi serie favorita: The Walking Dead. No había comido, si mi apetito se había ido mucho más antes de lo que paso aquél día, ahora mucho menos tendría un poco de apetito.

Calum había venido a tocar la puerta de mi casa muchas veces pero lo ignoré así como ignoré sus llamadas y mensajes. Me sentía totalmente humillada y triste. Calum es mi “amigo", mejor amigo para mí, y él prefirió a Katherine antes que a mí.

Y no exijo que sea el mejor conmigo pero eso destrozo mi corazón y lo peor que él es mi crush.

Otra chica habría mandado a la mierda a Calum y jamás volvería a hablarle o tan siquiera dirigirle la mirada pero...., yo no soy otra chica y sé que no lo lograré. Bueno, al menos hasta ahora sí.

Yo quiero mucho a Calum y eso será demasiado difícil superar pero ya veremos que tiene para nosotros el futuro. Espero que sea algo bueno.

Me he sentido muy sola estos últimos días así que decidí ir adoptar un perrito. Me cambié y salí.

Al llegar miré a muchos perritos y si pudiera me llevaría a todos pero lamentablemente no puedo y será extremadamente difícil elegir sólo a uno.

Mis ojos se toparon con un perrito que parecía oso, ¡es hermoso! Sin dudarlo caminé hasta él y jugué a través de la jaula con él pero otro igual pero blanco salió a su lado.

—¡Los quiero!

—Bien, vamos. Necesito que firmes unos papeles.

Seguí a la señorita y firmé los papeles necesarios. Cuando todo estuvo listo me entregaron a los perritos y los abracé. Compré lo necesario como comida, platos para ellos, juguetes, ropa, collares, correas y dos camitas.

Les di un pequeño paseo a Boony y a Missy, pero me encontré con Calum y Katherine muy felices sentados en una banca conversando. Rápidamente puse un gorro en mi cabeza y bajé la mirada, caminé hacia casa.

—¿Brook?

Escuché la voz de Calum y corrí, Missy y Bonny venían a mi lado hasta que llegamos a casa.

Les di un baño, comida y nos fuimos a dormir. Pero ellos no se acostaron en sus camas sino en la mía, a mi lado.

Los abracé y me dormí.