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—Calum, apartate.

—Levantate, Brook. Ya son las once de la mañana.

—No importa.

Calum comenzó a empujarme hasta que caí de la cama.

—¡Calum!—grité.

Calum comenzó a reír mientras yo rápidamente acomodaba la camiseta para que no se viera mi ropa interior.

—Linda ropa interior, Brooklyn—se burló.

—Cállate, ni la viste.

—¿Y hace unas horas atrás que estabas prácticamente dormida?

¡Mierda!

—Cállate.

Calum rió y se levantó de la cama.

Caminé hasta el baño y tomé mi ropa, Calum entró y me miró.

—¿Qué haces?

—Me vestiré.

Me puse los pantalones que traía puestos ayer y me dejé la camiseta de Calum.

Salí del baño y salí de la habitación seguida de Calum.

—¿Quieres desayuno?—me preguntó.

—Sí, por favor.

Comimos de la comida de ayer y le pregunté a Calum si podía llevarme su camiseta a lo que él aceptó.

Mis cachorros no estaban y Calum le llamó a su mamá y ella le dijo que mis perritos estaban con ella y que en unas horas los traería.

—Bien, cuando venga mi mamá te los llevaré, ¿bien?

—Esta bien.— sonreí.

Estuve con él un rato mirando películas de navidad hasta que decidí irme.

Me despedí de Calum y me fui a casa.

Crush » Calum HoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora