—¿Segura que te sientes bien? —pregunta Dake por quinta vez desde que se enteró de lo ocurrido.
—Sí, estoy bien. Ahora, ¿puedes dejar de hacer tanto drama, por favor?
—No —contesta serio—. Lo que te pasó no se puede tomar a la ligera.
—Por favor —digo poniendo los ojos en blanco—. Quiero tomar un poco de aire fresco, llevaré a Atenea al parque, vuelvo en un rato.
—Está bien, sólo ten cuidado.
—Sí, lo que digas —contesto agregando un ademán con la mano mientras le pongo la correa a Atenea.
Un rato después me encuentro en el parque que está a una cuadra de los departamentos jugando con Atenea.
Después de un rato me siento en el pasto a la sombra de un árbol para descansar mientras Atenea corre de un lado a otro.
De pronto llega con un palo en la boca.
—¿Qué pasa? ¿quieres jugar? Bueno, ¡tráelo! —digo mientras lanzo el palo lo más lejos posible.
Enseguida sale corriendo para buscarlo y yo me quedo viendo como desaparece entre los árboles hasta que ya no la veo más.
Mientras tanto, me recuesto en el pasto esperando a que regrese. Minutos después, llega ladrando hacia mí, pero sin el palo.
—¿Qué pasó? ¿no lo encontraste?
Antes de que me de cuenta, está encima de mí, lamiendo mi cara. Que raro, no suele hacer eso.
—Un momento. Tu no eres Atenea. Eres macho —digo. Reviso su collar—. No dice tu nombre.
—Parece que nunca te olvidó.
—¿Eh? —pregunto mientras levanto la vista y me encuentro con Castiel.
Un segundo. Cuando teníamos 11 años, antes de que Castiel se mudara, adoptamos a dos perros que eran hermanos. Yo me quede con la hembra y la llamé Atenea y Castiel con el macho y lo llamó...
—¿Demonio?
—El mismo.
—Wow, creció mucho.
—Pues ya pasaron cinco años, por cierto, ¿qué le pasó a Atenea?
En ese momento llega Atenea y se lanza hacia Castiel.
—¿Eso responde tu pregunta? —pregunto riendo.
—Sí —después de quitarse a Atenea de encima se sienta a mi lado mientras Demonio y Atenea empiezan a correr uno detrás de otro—. ¿Cómo te sientes?
—Pues bien. Supongo. Sólo me duele un poco la cabeza.
—Esa estúpida de Ámber... ni siquiera sé por qué te encerró.
—Yo tampoco —decido mentir. Claro que sé por qué me encerró. Porque quiere que me aleje de Castiel. Pero no estoy segura si contarle es lo mejor.
—Mientes. Claro que lo sabes.
¿Qué acaso me leyó la mente?
—No —digo tratando de mostrar seguridad para que lo crea.
—Claro que sí. Te conozco mejor que nadie. Sé cuando mientes.
Rayos. Creo que no me queda de otra.
—Está bien —suelto un suspiro rendido—. Ámber me encerró porque quiere que me aleje de ti.
Castiel abre los ojos como platos.
—¿Porque quiere que te alejes de mí?
—Sí.
—¿Cómo lo sabes?
—¿Recuerdas que tardé en llegar al aula de química? —él asiente—. Bueno. Cuando estaba por subir las escaleras una chica me tomó del brazo y me dijo que su nombre era Ámber. Luego de la nada me dijo que me alejara de ti. A lo cual me negué. Le dije que eras mi mejor amigo —digo haciendo énfasis en la palabra "mi" a lo cual, sonríe—. Y luego me dijo que eso no se iba a quedar así. Subí al aula y supongo que ya sabrás el resto.
Castiel no dice nada. Sólo ve como Demonio y Atenea corren.
—Ámber... ¡te juro que cuando la vea le voy a romper la cara! —grita enojado.
—Castiel... cálmate —digo tratando de tranquilizarlo.
—No. ¿Quieres decir que ella te encerró porque quería que te alejaras se mí y dijiste que no?
—¡Pues sí! No iba a dejar que me alejaran de mi mejor amigo sólo por el capricho de una niña mimada.
Castiel ríe ante mi comentario. El resto de la tarde la pasamos juntos. Riendo, bromeando, y jugando con Demonio y Atenea.
Después de un rato me empieza a doler un poco la cabeza. Cierro los ojos.
—¿Te sientes bien? —pregunta.
—Sí. Sólo me duele un poco la cabeza.
—Bueno. Volvamos a casa —dice mientras se para y me tiende la mano para levantarme.
Le ponemos las correas a Demonio y Atenea y nos dirigimos a la salida del parque.
Cuando llegamos a nuestro piso,Demonio empieza a correr enredando y apretando nuestras piernas con su correa, haciéndome caer al suelo con Castiel encima.
Mi cara se pone tan roja como su cabello. Estamos respirando el mismo aire. Si tan sólo recordara como respirar.
Me pierdo en sus ojos grises.
—Y-o...
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Hola. Aquí les traigo el capítulo 6 de la historia. Sé que es corto pero hice lo que pude.
También las quería decir que ya puedo volver a actualizar regularmente. Sólo con un pequeño cambio. No voy a actualizar los sábados. En realidad no voy a tener un horario fijo. Pero va a haber Por lo menos un capítulo por semana. Si puedo Tal vez mas.Espero que les haya gustado.
Nos leemos pronto.EDITADO. ✓
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Una promesa por cumplir [Fanfic CDM Castiel]
FanfictionLas lágrimas se corrían por mi rostro, y con un nudo en la garganta le dije: -Te voy a extrañar. -Y yo a ti. Pero nos volveremos a ver. -¿Lo prometes? -Lo promento. Después de esas últimas palabras, subió a su auto, y se fue para no volverlo a ver. ...