Una promesa por cumplir [Fanfic CDM Castiel]

Capítulo 7 ❝Photograph❞

Nos quedamos así durante unos segundos.

Los segundos suficientes como para que sus penetrantes ojos grises que amaba cuando éramos niños me dejen hipnotizada.

—Lo siento —dice sacándome de mi trance.

Nos separamos y levantamos con dificultad.

Necesito calmarme. Siento mi corazón latiendo rápidamente.

—Bueno, nos vemos mañana.

—E-h, s-si nos vemos m-mañana —¡por Dios Ashley, deja de tartamudear!

Me da un beso en la mejilla. Ahora si mi cara arde completamente. Debo parecer un tomate.

Entra a su casa y yo me quedo parada frente a la puerta.

¿Qué carajos es lo que hace Castiel conmigo? No lo sé.

Pero cuando estoy con él, mi corazón late tan fuerte que duele. Mi respiración de acelera y empiezo a tartamudear, sé que si sigo así seré la chica mas obvia del mundo; pero no puedo controlarme.

Entro a mi casa y suelto a Atenea. Mi padre está en la sala viendo un libro y Dake está en la cocina.

—Ya llegué —digo.

—Que bueno. La cena esa casi lista  —dice Dake.

Unos minutos después estamos los tres sentados en la mesa hablando de temas variados.

Cuando termino de cenar ayudo a recoger la cocina y luego voy a mi habitación.

Debería terminar mis deberes. Me siento en mi escritorio y me pongo a hacer mi tarea aunque no es mucha debido a que no termine el día de escuela.

Cuando termino me doy una ducha. Que aburrida estoy. Saco mi violín de su estuche y empiezo a tocar una de mis canciones favoritas.

Me dejo llevar por el movimiento de mis dedos. Amo esta canción. Pienso en la letra:

"Puedes guardarme en el bolsillo de tus pantalones y sostenerme hasta que nuestros ojos se vuelvan a cruzar. No estás sola. Espera a que vuelva a casa"

Cuando termina la canción volteo en dirección de la puerta y veo a Dake parado en el marco de esta.

—¿Qué pasa? —pregunto.

—Nada, sólo quería verte tocar. Sabes que me encanta escucharte.

Coloco el violín en mi cama y me acerco a él.

—¿Y tú? ¿cuándo vas a hacer algo productivo? —digo mientras le soy un codazo. Se ríe.

—El día en que tus ojos sean normales.

—¡Oye! Mis ojos de distinto color no tienen nada que ver en esto.

—No, pero me da risa cuando te enojas.

—Ya es tarde deberías ir a dormir.

—A ver, ¿quién de aquí es el mayor? Ah es, cierto, soy yo —se burla—. Bueno tienes razón, ya me voy no quiero llegar tarde mañana al Sweet Amoris.

Ah es cierto. Papá ya matriculó a Dake en mi Instituto. Bueno, debería ir a dormir.

***

A la mañana siguiente, me desperté antes que Dake.