Una promesa por cumplir [Fanfic CDM Castiel]

Capítulo 8 ❝Piano❞

Aburrida.

Es la única palabra que describe como me siento ahora. Estoy en clase de historia.

Castiel está sentado a un lado, viendo a la ventana. En frente mío está Lysandro sentado junto a Rosalya, quien está profundamente dormida.

La campana suena dando final a la clase. Rosalya se despierta de golpe.

—¡Estoy despierta! —grita.

No puedo evitar reír.

—¡Oye! No es gracioso —reclama.

—Oh, claro que lo es —se burla Castiel.

—Bueno. ¿Qué clase toca? —pregunta.

—Química —responde Lysandro.

—Espero que nada salga mal está vez —bromeo.

—Tranquila. Ámber no va a estar esta vez —dice Castiel.

—Es cierto. No la he visto, ¿qué le pasó? —pregunto.

—Después de que te fueras, la directora de enteró de lo que pasó y la suspendió por una semana —explica Castiel.

—Se lo merece —digo.

—Vamos a clases —dice Rosa.

La clase de química pasa bastante rápido y dentro de nada, estamos en el descanso Lysandro, Rosa, Castiel y yo bromeando y riendo.

La siguiente clase es literatura. El profesor entra al aula haciendo que todos guardemos silencio.

—Bien chicos. La clase pasada les decía que para evaluar este bimestre harán un proyecto en parejas; las cuales mencione anteriormente. El proyecto consistirá en hacer un resumen de un libro el cuál les daré a continuación —el profesor empieza a nombrar los equipos que formó el día anterior y después de este da el nombre de un libro—. Ashley Ramírez y Castiel Harries, ustedes harán El Conde de Montecristo. El proyecto lo entregaran en dos semanas. Ahora por favor abran sus libros en la página 135.

Cuando la clase termina, me acerco a Castiel.

—¿Te parece después de clase vamos a la biblioteca para buscar el libro? —pregunto.

—Está bien.

El resto de las clases pasa rápido. Al final de la jornada, salgo al pasillo para guardar mis libros en mi casillero.

A un lado mío está Castiel recargado en la pared.

—¿Vamos? —pregunta.

—Claro.

Pasamos por una serie de largos pasillos hasta llegar a la biblioteca.

—Creo que tenemos que separarnos. Así será más rápido —digo.

—Tienes razón.

Empezamos a buscar por separado.

Después de media hora seguimos sin encontrar el dichoso libro.