El concierto que cambió mi vida [Harry Styles y tú]

50- Último capítulo: El mejor regalo

En el capítulo anterior...

"Y supongo que después de tanto viaje, tantos nervios, tantas lágrimas, mi cuerpo se resintió y pasé una semana horrible con mareos, vómitos, dolor de tripa, fiebre y metida en cama.

No me extrañaba para nada, teniendo en cuenta que en el colegio, todos los peques andaban enfermos, con fiebre y vómitos y si a eso le juntábamos las pocas defensas que tenía, pues teníamos el pack completo. Harry me trató como a una reina y me mimó como nunca. Aún un poco floja volví al trabajo y en cuanto mis alumnos me recibieron con un abrazo enorme, me tuve que contener las lágrimas. Ni yo misma me explicaba lo tonta que estaba siendo.

Y me dí cuenta que quizás no había sido buena idea volver al trabajo porque a media mañana tuve que volver a casa con escalofríos y algunas décimas de fiebre. Todo habían sido señales que me decían que algo no andaba bien pero no me había percatado de que estaban ahí diciéndome a gritos que hay sorpresas que, de vez en cuando, no quieres recibir. O sí...."

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Harry no estaba en casa porque tenía que reunirse con los chicos para los preparativos del nuevo álbum, álbum que tenía tantísimas ganas de que viera la luz. Sabía que iba a tener un gran éxito si lo poco que había oído estaba incluido en él. 

A pesar de encontrarme fatal, algo dentro de mí me decía que tenía que poner remedio. Y se me encendió el chip. En cuanto miré la aplicación del móvil supe que podía ser lo que tanto había rondado mi cabeza. No le había prestado atención a mi periodo y ya llevaba una semana de retraso. No era algo que me preocupara anteriormente porque siempre he sido muy impuntual pero en esta ocasión tenía la sensación de que algo iba mal. 

Bueno mal... ya me entendéis. 

            - Mi amor... eso de ya me entendéis.. No sé si realmente te están entendiendo

            - Lo sé amor.. creo que estoy sintiendo casi los mismos nervios que aquella vez

Decidí que era hora de enfrentar mis temores. Realmente no sabía ni qué pensar, ni qué sentir, ni qué hacer. Pero era algo que sabía que quería afrontar sola en aquel mismo momento. En un primer instante se me pasó por la cabeza escribir a Gemma para que me acompañara pero si finalmente era lo que tanto me atemorizaba, quería afrontarlo por mí misma. 

Me puse el abrigo y salí en dirección a la farmacia más cercana. Me encontraba fatal así que no me apetecía mucho parar a hacerme fotos o a hablar con las fans. Lo sé lo sé, perdonadme pero es que hay días en los que te sientes fatal y vosotras no tenéis la culpa. Así que me tapé lo mejor que pude para que nadie me reconociera. Llegué a la farmacia y, mientras esperaba mi turno, me quedé ensimismada en mis pensamientos. Cuando me dí cuenta, la farmacéutica llevaba 2 minutos intentando captar mi atención. 

Entre risas le pedí disculpas por mi distracción y le pedí un test de embarazo. Era muy simple, ella me lo daba, yo pagaba y listo, a casa. Pero no sé por qué empezó a hacerme preguntas sobre cuanto tiempo tenía de retraso, si tomaba la píldora, etc. Y entre el mareo y las pocas ganas que tenía de que alguien me reconociera, le dije si por favor podía venderme ya el test que tenía prisa. Al pagar le pedí disculpas por mi actitud y di gracias al cielo por que no me hubiera reconocido. 

En cuanto llegué a casa, no sabía qué hacer. ¿Me hacía el test ya? ¿Esperaba a que Harry llegara a casa? ¿Llamaba a alguien? Decidí salir de dudas lo antes posible, no podía seguir con esa incertidumbre. Así que sentada en el baño leí las instrucciones. Jamás había tenido que pasar por un momento así y no tenía ni idea de como hacerlo.