12- Mi querido Madrid

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No había cosa que odiara más que tener que esperar tanto. Se me estaba haciendo eterna la llamada de nuestro vuelo y no podía parar de pensar en cómo debía reaccionar cuando viera a Harry. Ni tan si quiera le había dicho que aceptaba su propuesta. De hecho, no sabía si tenía forma de saber si iba o no.

Ya había advertido a las chicas que no dijeran nada a sus respectivos chicos pero había cosas, que quizás Harry controlaba, fuera de mi alcance. La cola empezó a moverse lo que significaba que el vuelo saldría pronto. Entregamos nuestros billetes a la azafata y pasamos. Al llegar a la puerta, otra de las azafatas miró nuestro billete para ubicarnos.

Nos habían cogido asientos XL sin nadie a nuestro lado, para que no nos molestaran los demás pasajeros. Mi billete era en ventanilla. ¿Como podía saber Harry que adoraba viajar en ventanilla? Ni yo misma le encontraba explicación. Tener unos asientos tan privilegiados hacía que toda la tripulación nos tratara como reinas. Sin duda, tener dinero abre muchas puertas.

En 45 minutos ya estábamos aterrizando. Se me había hecho un vuelo cortísimo. Al revisar el teléfono tenía varios mensajes de Liam y, al parecer, las chicas también.

        <<Enana! Espero que hayas cogido ese vuelo y pueda darte el achuchón que deseo darte. Os esperaran a la salida. Liam, xx>>.

Supongo que pensaría que no habría aceptado el billete ya que escribió a las chicas que como yo no habría ido, las estaría esperando alguien. Adoraba poner nervioso a Liam y que pensara que no había aceptado. Eso solo significaba que Harry pensaría lo mismo y la sorpresa sería mucho mayor.

Cogimos nuestras maletas de mano, después de mucho insistir a las azafatas que nosotras podíamos hacerlo y salimos hacia la puerta que nos conduciría a una semana inesperada. Ni si quiera sabíamos quien vendría a por nosotras. En cuanto se abrieron las puertas de la terminal, divisé a Preston esperando con gafas de sol tras una multitud de familiares ilusionados esperando a sus seres queridos.

Pude observar como se dibujaba una enorme sonrisa en su rostro, al vernos aproximarnos a él. Le dí un abrazo y le dije lo que tanto deseaba desde que monté en el avión.

        - Por favor, Pres, no le digas a nadie que finalmente he aceptado venir. Quiero que sea sorpresa -espeté con cara de bebé

        - Tu secreto está a salvo conmigo -me dijo con una enorme sonrisa.

Me encantaba sentirme tan a gusto con él. Eso demostraba que los chicos se rodeaban de personas buenas. Cogió nuestras maletas y llegamos a uno de los coches de los chicos. Verlo tan de cerca impactaba. Era un coche grande, negro, con los cristales tintados. Cuando las fans vieran pasar el coche pensarían que dentro irían los chicos porqué era uno de sus tantos transportes por las ciudades que visitaban y las fans ya se los conocían.

No estaba acostumbrada a tanto lujo en un solo vehículo pero el trayecto fue realmente corto. Llegamos al hotel donde nos esperaban los chicos. No podía estar más nerviosa y eso que no hacía ni 24 horas que los había visto. Al mirar por la ventanilla del coche, vimos que la puerta del hotel estaba plagada de fans. La cara con que miramos a Preston fue indescriptible. Y, lo mejor de todo, no hizo falta que dijeramos nada porqué Pres ya nos estaba señalando la puerta trasera por donde entraríamos.

No podriáis imaginar el alivio que sentimos en aquel momento. Bajamos del coche y subió otro del equipo de seguridad para llevárselo, incluidas nuestras maletas. Entramos corriendo, porqué, a pesar de ser la puerta trasera, nos podía ver alguien. Preston nos dijo que se encargarían de nuestras maletas, nos metió al ascensor y mientras se cerraban las puertas, se comunicó con Paul a través de un walkie.

El concierto que cambió mi vida [Harry Styles y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora