El concierto que cambió mi vida [Harry Styles y tú]

20- Londres, que bonita eres

        - ¿Qué pasa ____ (TN)? ¿Va todo bien? -dijo Preston con el semblante preocupado

¡Mierda, mierda mierda! No quería que se diera cuenta nadie ni que lo supieran. No los quería preocupar. No quería ser un dolor de cabeza para todos y, mucho menos, para Harry. Y aunque me muriera de ganas por contárselo a las chicas, tenía que disimular. Si decía algo, igual ellas se verían afectadas por eso también y no me lo perdonaría.

        - Oh... -"piensa rápido" pensé- Sí, todo bien. Solo me ha sorprendido una notícia de twitter. Nada importante

        - ¿Qué notícia? -ahí estaba Belén, la curiosa- Tu cara era de pánico

        - Un hombre ha matado a un bebé -fue lo primero que se me ocurrió y algo que sabría que podría colar, teniendo en cuenta que con ese tipo de notícias me ponía como una energúmena al no entender como alguien era capaz de hacer daño a un niño

Y pareció que todos lo creyeron porqué al instante volvieron las risas, las conversaciones y todo lo demás. Suspiré aliviada, aunque se me pasó por alto y totalmente desapercibida la mirada de reojo de Belén y Preston. Lo malo de ser expresiva es que por mucho que quieras ocultar ciertas cosas nunca puedes.

Pero volviendo a lo importante, que era nuestro viaje a Londres, supongo que os preguntáreis porqué, si Harry y Niall, en principio, iban a pasar unos días con su familia antes de estar con nosotras, qué hacíamos ya allí. Sencillo. Tanto uno como otro habían insistido hasta la saciedad que a su familia la podrían ver cualquier día un ratito pero querían tenernos allí lo antes posible.

Y para que engañarnos, a nosotras nos encantaba eso. No teníamos ni idea de a donde nos llevaban. Simplemente nos limitábamos a disfrutar de las vistas. Jamás había estado en Londres y, aún así, tenía ideas en mi cabeza sobre cómo era. Pero nunca me habría imaginado que fuera tan bonita. Cada detalle me enamoraba un poco más.

Entramos a una urbanización con casas grandes y, suponíamos, que ya andábamos cerca de nuestro destino porqué cada casa que veíamos era aún más grande que la anterior. El coche se paró.

        - Primera parada -dijo Preston sonriendo- Señorita Belén, bienvenida -dijo bromeando mientras bajaba del coche para sacar su maleta

Supusimos que aquella sería la casa de Josh. Era preciosa. Muy grande pero en comparación con el resto se veía pequeñita. Se respiraba tranquilidad y resultaba acogedora desde nuestra perspectiva. No sabíamos si veríamos a Belén en aquellas 3 semanas, posiblemente sí, pero quisimos despedirnos por si acaso.

Y, de nuevo, nuestro camino hacia algún lugar. En poco menos de 5 minutos, estábamos parados enfrente de una casa enorme. Nuestra mandíbula rozaba el suelo de lo abierta que teníamos la boca con tal mansión. Porqué sí, no podíamos llamarlo casa, era una mansión. Pero nuestra perspectiva era distinta, ya que la veíamos desde la puerta de atrás.

Según nos contó Preston, nadie podía acceder al recinto pero cada día había fans en la puerta intentando ver a los chicos. Por lo que si entrábamos por delante, nos verían sí o sí. Así que agradecimos enormemente que hubieran pensado en eso. En cuanto me fijé en el enorme jardín, ví una figura y supe al instante que se trataba de la casa de Niall. Era inconfundible la figura de Obama.

No pude evitar reírme, aún a pesar de tener a Estela apretando mi brazo de los nervios que sentía. Me habría encantado entrar a ver a mi rubio pero tenía tantas ganas de reencontrarme con Harry... Ví entrar a mi amiga por el jardín muerta de nervios y le pedí a Preston que esperara a que entrara. Quería ver, si podía, su reacción. Imaginé que Niall le abriría pero no. En cuanto se acercó a la puerta, se abrió automáticamente y perdimos su pista.