El concierto que cambió mi vida [Harry Styles y tú]

11- Despedidas agridulces

Había olvidado qué se sentía al decir adiós a alguien a quien aprecias. Estaba acostumbrada a despedirme de mi hermana cada cierto tiempo porqué vivía en el extranjero pero todas y cada una de las veces que lo hacía, las lágrimas aparecían en mis ojos al instante.

Y, de nuevo, estaba enfrentándome a lo que tanto odiaba. Ya me había despedido de todo el equipo y de Zayn, que había sido realmente adorable. Louis me abrazó fuerte y me dijo que esperaba volver a verme lo antes posible. Y aún abrazada a Louis, noté que Niall se lanzaba a abrazarnos a ambos. Supongo que él también evitaba despedirse de Estela. Habían pasado varios días juntos y para ellos tenía que ser realmente difícil.

Abracé a Niall, dejando ir a Louis y ese rubio irlandés consiguió ponerme muy nerviosa.

        - Te vamos a echar mucho de menos. Aunque sé que pronto te volveré a ver. Estoy seguro de ello. Quizás antes de lo que imaginas.

Y se marchó con Belén, dejándome realmente confusa. ¿Alguna vez habéis tenido que despediros de un amigo vuestro al que sabes que no vas a ver en mucho tiempo? ¿U os habéis despedido de alguien que sabes que quizás nunca vuelvas a ver? No podía evitar sentir un nudo en la garganta al ver la cara de Liam. Me abrazó tan fuerte que sentía que me quedaba casi sin respiración. Pero lo necesitaba.

En pocos días se había convertido en alguien tan importante para mí, que me estaba costando dios y ayuda no ponerme a llorar como una niña pequeña.

        - Te voy a echar mucho de menos, enana. Y escúchame bien, no pienso dejar de escribirte en ningún momento.

        - Yo también te echaré de menos, Liam. Ni se te ocurra dejar de hacerlo

        - ¿Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, verdad? Ya sabes lo que me cuesta dormir, así que da igual la hora y el día que ahí estaré si me necesitas

        - Lo mismo digo, ya lo sabes -le dije dándole un gran abrazo.

Me dio un beso en la frente y se fue. Miré el panorama. Josh estaba en una esquina con Belén y Niall en otro lado con Estela, aunque no parecían muy tristes ninguno de los 4. El resto había desaparecido de la sala. Y cuando miré al frente, mi mundo se cayó.

Harry estaba tan serio, con la mirada tan triste que no sabía cuanto podría aguantar sin que las dichosas lágrimas, que me había estado aguantando toda la tarde, aparecieran.

Me cogió las manos y me miró a los ojos sin decir nada. Estuvimos un rato así, ni sé cuanto. Necesitaba romper ese silencio. No quería alargar más mi sufrimiento.

        - Bueno.. Llegó la hora -le dije tragando saliva. Nunca unas palabras me habían costado tanto de pronunciar.

Él me miraba, repasaba cada detalle de mi cara y eso me incomodaba. No quería que se diera cuenta lo que me estaba costando aguantar el llanto. Y me abrazó. De nuevo, estaba en sus brazos. Otra vez su perfume embriagaba mis sentidos. Y lo abracé lo más fuerte que pude. Estaba sosteniendo en mis brazos lo que más me importaba en aquel momento, por mucho que me empeñara en negarlo.

Harry empezó a dejar un reguero de pequeños besos en mi cabeza. Aflojé mi abrazo porqué sabía que de un momento a otro me besaría. Lo estaba deseando. Puso sus manos en mi cuello, sosteniendo mi cabeza. Y haciendo un poco de fuerza, me separó un poco para poder besar mi frente. En seguida, subí mi rostro y nuestras frentes se unieron. No sabía que decir.

Me besó la nariz y, poco a poco, unió sus labios a los míos. Fue un beso realmente bonito. Había estado esperando tanto ese momento que mi boca estaba ansiosa. Los labios de Harry eran como droga y, como toda adicción, me costaría desengancharme de ella. Profundizó nuestro beso y cuando nos empezamos a quedar sin aire, suavizó y dejó varios de ellos en mis labios.