capitulo 13

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Capítulo 13.

-Sí, ____, ¿tú me quieres? – Insistió niall

-Buenas noches… - Dije recostándome en mi cama.

-Está bien… Lo he entendido. - Dijo cerrando la puerta.

Ahí debería de ser el momento en el que yo iba detrás de él y le decía que sí, que sentía cosas por él, fuertes, muy fuertes, abismales. Que sentía que la respiración me fallaba cuando le tenía a centímetros de mí, y que mi corazón se paraba cuando lo tenía a kilómetros, pero sabía que eso estaba mal. Sabía que no podía ser así. Pero sin embargo, por alguna razón que aún desconozco, bajé de mi cama y abrí la puerta de mi cuarto.  

-niall. –Dije. Él se giró.   Me acerqué a él y le miré los ojos. El pasillo de las habitaciones estaba a oscuras, igual que toda la casa. Me acercaba cada vez más a él, y cada centímetro me costaba más controlar el latido de mi corazón para que éste no saliese de mi pecho. Me abracé a su torso delgado pero fuerte y él me rodeó con sus brazos. Me retiró y me dio un beso en la frente. Le volví a mirar y le agarré de la cara. Y aún mirándole fijamente a los ojos acerqué sus labios a los míos hasta que chocaron, hasta que se juntaron. Su boca y la mía estaban juntas, besándose, sintiéndose como jamás habían estado de cerca. Su aliento era mi aliento. Nuestras bocas bailaban juntas y nuestros cuerpos estaban pegados como si ni siquiera una fuerza extraordinaria fuese capaz de despegarlos. Ahí, en ese pasillo y bajo la oscuridad, nuestros labios seguían pegados, hasta que mi mente ebria, pensó en Liam

-Espera. – Me retiré. – Mierda, mierda, ¿qué he hecho?

-Nos hemos besado… - Contestó niall

-Oh, dios mío, ¿qué coño he hecho?

-¿Tan mal lo he hecho? – Dijo niall preocupado.

-Me voy a dormir… - Dije.

Entré corriendo a mi habitación, cerré la puerta de muy mala leche. Me tumbé en la cama y comencé a llorar. Había traicionado a Liam. Eso, eso era lo único que se me pasaba por la cabeza.

Esa noche apenas dormí, quizá de 4 a 6 que fue cuando mi despertador empezó a sonar. Me levanté. Fui  al baño y me miré al espejo. Tenía un aspecto horrible, mi primer día iba a ser muy largo. Me duché y me arreglé. Después de eso me fui a desayunar. Me preparé un desayuno rápido ya que tenía el estómago cerrado a parte de un dolor de cabeza increíble. Después me arreglé formalmente y me fui a la calle en busca de un taxi. Y así lo hice. Tras media hora en aquel taxi, llegué a unas oficinas. Un edificio enorme de muchas plantas.  Bajé del taxi y me dirigía a abrir aquella puerta cuando harry interrumpió mi entrada.

-Buenos días, ____ - Me dijo. Estaba justo a mi lado.

-Buenos días, harry

-Eres muy puntual, por lo que veo.

-Sí, me gusta serlo.

-Tienes muy mal aspecto, ¿te encuentras bien? – Ese chico fue al grano.

-Sí, sí. Estoy bien.  

-Bien, pues, sígueme,  te enseñaré tu despacho y tu trabajo.

Subimos por un ascensor por el que se veía todo Londres. harry era muy amable y cercano, lo cual me hizo desconectar un poco de todo lo que tenía en mi cabeza.

-Y este será tu rinconcito. – Dijo mientras me abría la puerta de cristal de una habitación amplía la cual sería mi despacho.- Te dejo que disfrutes. Ahora te traeré algún apartado para el periódico y lo adaptarás, ¿vale?

-Claro. – Le sonreí.

Miré a ambos lados de la habitación mientras harry salía. De nuevo se me vino a la cabeza la imagen del beso que nos dimos niall y yo la noche anterior, y mientras me sentaba en la silla de mi despacho, pensaba que necesitaba contárselo a alguien. Contarle a alguien todo lo que había pasado, que me aconsejara.  Saqué el móvil y busqué el número de Perrie.

Appeared (Niall y tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora