Capitulo 10

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*Punto de vista de Regina*

Mientras hacía dormir a Henry su religiosa siesta de cada día me llegó un mensaje de texto. "Masas para el té en 10 minutos? -Emma". Con mi mano libre contesté rápidamente. "Ok. Pero no toques el timbre. Henry duerme." Diez minutos más tarde un suave golpe en la puerta se escuchó. Siempre tan puntual. "Realmente te gusta el té con..." no pude terminar la frase. La rubia frente a mí vio mi expresión y se ruborizó. En vez de sus vestidos ajustados, a los que me había tenido que acostumbrar por su trabajo, vestía un par de shorts de jean, una camisa atada arriba del ombligo y unos demasiado sexys zapatos de taco. No pude evitar mirarla de pies a cabeza. Soy solo yo o de pronto hace mucho calor? "Wow vaya cambio de look" fue lo único que pude decir para disimular lo que acababa de pasar. "mhmm, gracias, creo" fue su respuesta y juro que después de saludarla la vi pasar sonriendo junto a mí.

Después de unos minutos, en medio de una charla sentí un dolor punzante en el vientre. "Ah!", apenas apoyé la taza de té en la mesa sentí los ojos claros de Emma mirarme con pánico. "Está bien, es normal" le dije. Pero otra puntada me calló. Antes de poder reaccionar sentí las manos cálidas de la rubia sobre mi abdomen. Inmediatamente el dolor desapareció. Ava pareció relajarse y comenzó a moverse lentamente. Mis ojos encontraron los de Emma, que volvió la vista a sus manos y no parpadeó ni una vez, como si alguna reacción pudiera romper el momento. "Yo... nunca... no..." la hermosa mujer frente a mí no podía articular una frase. Fue a sacar sus manos, pero con rapidez puse las mías sobre las suyas. "Está bien, creo que Ava le gusta. Se calmó." le dije en un tono suave, sus manos temblaban un poco, sus ojos seguían en shock, iban de nuestras manos a mis ojos y viceversa. "Emma", nada. "Emma nunca habías sentido a un bebé moverse en la panza?" le pregunté. Solo pudo negar con la cabeza. No se en que momento mi corazón empezó a acelerarse, pero creo que ella también podía sentirlo. Comenzamos a inclinarnos, cada vez más cerca una de la otra. Estábamos a centímetros de distancia... "Emma!" Henry corrió hacia ella y la abrazó. QUE ACABA DE PASAR?

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