Unos días después de la pelea los ánimos en la casa no eran los mejores. La pareja casi no hablaba y Robin intentaba demostrarle a su mujer que todo había terminado y que seguirían su vida "perfecta". Cada día después del trabajo iba directo a su casa. Si algo se complicaba, o cada un par de horas, le escribía como si se reportara para no generar sospechas. Aún cuando nadie se lo pedía y a la morena no le importaba.
Regina se encontraba cambiando a Ava cuando tocaron el timbre. El pequeño Henry corrió hacia la puerta. "Abo mami?" preguntó con su sillita en la mano, esperando la confirmación de su madre para subirse y abrir. "Primero preguntá quien es" contestó la morena conteniendo la risa que le provocaba ver a su hijo intentando ser un adulto desde que era 'el hermano mayor'. "Quieeen?" preguntó mientras acercaba la silla a la puerta y tomaba el picaporte, miró por la ranura de la cerradura y antes de obtener respuesta gritó entusiasmado: "Emmaaa!" y abrió, saltando de la sillita directamente a los brazos de la rubia. "Hola mi pequeño príncipe" le contestó sonriendo y apretandolo contra su pecho. Sin dudas Henry se había ganado un lugar importante en su corazón. "Yo también estoy contenta de verte" le susurró mientras le daba pequeños besos en la cara y lo hacía reír. "Traje un libro para pintar" le dijo, se lo entregó y lo vio correr a toda prisa hacia la habitación. "Voy a buscar colores!!" se escuchó.
Regina dejó a Ava en su carro y le dio un frío saludo a Emma, que no pudo aguantar más la situación. "Que pasa? Y no me digas 'nada'". Regina alzó una ceja y su mirada se volvió más fría. "Ya lo se todo" alcanzó a decir sin quebrarse. La rubia sintió un escalofrío por la espalda. Su peor temor estaba ahí, presente entre las dos. "Puedo explicarlo, no es nada malo". "No Emma, no digas nada, no le dije a Robin, no quiero nada más grave". "No por favor, te prometo no venir más. Nada va a pasar, pero quiero seguir viéndote, no soporto la idea de tenerte a vos y a Henry fuera de mi vida. Por favor". "No entiendo como podes ser tan cínica. Te acercaste a mi, a mi familia. Que querías? Dejar a mis hijos sin su padre?". "No, jamás lo pensé. No creí llegar tan lejos. Pero te juro que no creí que iba a enamorarme". "ENAMORARTE!? Estas enamorada!?". "No se que te parece tan malo o raro. No podes sorprenderte. Sos una excelente persona, perfecta, hermosa. No solo por fuera, más aun por dentro. No puedo explicar lo que causaste en mí". "QUE!? ESTAS ENAMORADA DE MI!?". Emma no supo que decir. La cara de Regina mostraba la confusión más grande de su vida. "Pensé que eras la amante de Robin!". "QUE!?" La cara de Emma cambió en un segundo. Cómo no se dio cuenta que Regina había descubierto la infidelidad de su marido?. "Descubriste a Robin y creíste que fui yo?". "Espera, ya lo sabías?". en ese momento Henry volvió con su caja de lápices y el libro, tironeando del pantalón de Emma atrajo su atención. "Upa" exigió.
La rubia se sentó y lo sentó en su falda. Después de unos minutos Regina se sentó junto a ellos, sin expresión en su rostro. Emma apoyó una mano en su espalda y la movió en círculos, lo que provocó que se quiebre y deje caer unas lágrimas. "henry queres ir a tu cuarto y preparar el castillo para jugar? En un rato voy a jugar con vos" dijo la rubia y el niño corrió entusiasmado. Cuando estuvieron solas Emma comenzó a contarle a Regina como unos meses atrás había ido a pedirle una firma a Robin a su oficina y lo había encontrad con Marian, su secretaria. Que no había querido alterar su embarazo y que hasta había enfrentado a Robin. Por eso su relación no era la mejor y se evitaban. La morena no pudo contener más las lágrimas y se dejó caer en los brazos de la rubia. Luego de un momento y con una voz más calmada preguntó "Es verdad lo que dijiste antes?". "Regina..." la rubia casi susurraba. "Emma, estas enamorada de mi?"
Perdón por la espera! Espero que lo disfruten y me digan que les pareció :*
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Prohibido
FanfictionEmma y Regina. Vidas completamente diferentes. Mundos totalmente opuestos. La vida las cruza por casualidad. Lo que sucede después no es precisamente lo correcto. Por eso deben poner un freno a lo que sienten. Cuanto pueden hacer por lo que les pasa...