Prohibido

Capitulo 28

*Punto de vista de Regina*

"Zelena, Emma está viniendo para acá. Te molesta?". "No hermanita, pero por que tu cara de preocupación?". "Me dijo que tenemos que hablar". "Tranquila, quizás es algo del trabajo". "No lo se. Sonaba seria". Que puede tener que hablar Emma conmigo? Estas semanas fueron pura charla, algunos días nos quedamos con ella. Quizás es eso. No quise tener intimidad. No, no puede ser eso, no me dejaría por eso. Aunque siento que era egoísta de mi parte alejarla después de empezar intensas sesiones de 'tiempo a solas'. El timbre interrumpió mis pensamientos. Mientras dejaba a Ava en su cuna sentí un par de brazos que rodearon mi cintura, me giré y un par de labios suaves me tomaron por sorpresa. Después de unos minutos de besos y miradas intensas no aguanté más. "Emma de que tenemos que hablar?" la hermosa rubia frente a mí pareció recordar algo. "Oh. Si, ahora vengo" dijo y fue al living. Volvió con una mano detrás, en su espalda y los ojos brillosos como un niño pequeño que guarda una sorpresa. Me indicó que me siente en la silla a mi lado y se arrodilló frente a mí, colocándose a mi altura, entre mis piernas.

"Gina, se que esto fue muy duro para vos, todo, el divorcio, mi... accidente, Ava, Henry, tu casa. También se que estuviste al lado mío cada día en esa habitación de hospital, sin faltar ni una vez. Vi cada garabato de Henry, sentí sus besos en mi mejilla y de alguna manera fueron mi motivo para seguir acá con ustedes. Por eso quiero que se queden en mi vida. Los quiero conmigo cada día. No quiero apresurar nada. Así que de a un paso a la vez"... sacó su mano detrás de la espalda y abrió una cajita que escondía dentro de ella un anillo simple con una corona brillante que me dejó sin aliento. "Gina querés ser mi novia? Querés ser la reina en mi vida?" No podía parar de sonreír entre lágrimas y trataba de encontrar mi voz aunque no lo conseguía. "Si" fue lo único que pude decir, me colocó el anillo en el dedo y me besó. Fue un beso tierno, lleno de lágrimas, de amor verdadero. Cuando nos separamos me quedé mirandola un largo rato. "Te amo" salió de mi boca antes que pudiera pensar en lo que decía. Sus ojos se abrieron exageradamente. Maldición, la asusté. Quise arreglar mi error y... "Te amo" me contestó. 

Ya nada más importaba a mi alrededor, ni el divorcio, ni el espacio, nada más que ella y yo. Solo había algo que quería que tenga en claro. Tomé su cara entre mis manos y mirandola a los ojos le dije "tenés prohibido faltarme".