Prohibido

Capitulo 23

Cuando llegaron al departamento de Emma, Killian ayudó a Regina, tomó al pequeño Henry en sus brazos y armó el sillón-cama del living para acostarlo. "Puedo quedarme un rato con él, si quieren hablar" les dijo y se sentó junto al pequeño que aun dormía, mientras encendía el televisor.
Emma guió a la morena hasta su habitación, acostó a Ava que dormía tranquila y se sentó en la cama, golpeó suavemente el lugar al lado suyo, invitando a Regina a sentarse, que aun no se despegaba de la puerta. La mujer caminó lentamente, se paró y cuando Emma abrió los brazos se sentó junto a ella, se acurrucó en su pecho y se quebró. La rubia se mantuvo acunandola en su pecho varios minutos hasta que sintió que se calmaba. Se separaron un momento, suavemente acarició con la yema de sus dedos la marca de los de Robin que la morena tenía en su brazo. Las lágrimas no paraban de rodar en sus mejillas. "Perdón. Perdón por no haber estado ahí para impedir esto" le susurró entre sollozos. "No tenés por que pedir perdón. Yo debería hacerlo. Yo fui quién te lastimó a vos. No debí haber dicho esas cosas". "Realmente crees que esto no va a funcionar?" "No. No es eso Emma, sos una mujer increíble. Pero esto se siente mal. Como prohibido". "No lo veo así, pero si es lo que querés..." con el dolor que sentía en su pecho se levantó para irse pero una mano la detuvo. "Toda mi vida hice lo que me pidieron, lo que debía, lo que correspondía. Esta vez me gustaría hacer lo que siento" dijo Regina y se levantó, tomó a Emma por la cintura y la besó.