Mi Dulce Accidente ©

Capítulo 15/ ¿invitado de lujo?

En la UCL hay un día dedicado a ayudar a los estudiantes con respecto al futuro; El Día De Las Profesiones.
Desde arquitectura, mecánica automotriz, escritura, baile de salón, música y otras carreras más se presentan en la cancha de baloncesto. Es un día súper estresante, pláticas, discursos y muchos stands que proveen información muy útil para nosotros como estudiantes, invaden la cancha y los pasillos de la Universidad.

El día empieza con los famosos discursos de gente que ha tenido mucho éxito en sus carreras, como: Warren y Jane Bullock, los mejores bailarines de Gran Bretaña. La verdad es que sé muy poco de ellos, pero lograron cautivar a uno que otro alumno con dos pares de parejas de baile a las que le han enseñado.

— Muchas gracias Señores Bullock. Recuerden pasar a dar un vistazo al stand — el Decano Maxwell sonríe radiante — Muy bien. Para continuar con la agenda, démosle la bienvenida a un importante Arquitecto italiano. Amasó su éxito desde los 23 años de edad, es un claro ejemplo de lucha y perseverancia a pesar de haber nacido en una familia donde la arquitectura corre por su sangre y la fama ya existía — Creo que el decano es el único emocionado aquí.

Alguno que otro alumno ya sabe que camino elegir, entre ellos yo. Ya sé que haré y lo que me apasiona es la escritura, así que venir en este día lo veo como una perdida de tiempo. Escuchar a personas que han logrado éxito en lo que han hecho, está bien pero no es nada del otro mundo, es decir; El éxito requiere de dos cosas: Trabajo y Perseverancia, de ahí al dicho de: "El que persevera alcanza". Simple.

— El Arquitecto: Abraham Agnelli — cuando escucho el nombre de mi mala suerte, despierto del ensimismamiento en el que estaba sumergida. El auditorio aplaude e inmediatamente la concurrencia femenil, se encuentra jadeando y sonriendo con emoción al ver al tonto italiano que me trae vuelta loca.

— ¿Será casado? — escucho a un par de compañeras que están adelante de mi. Una de ellas pregunta suspirando.

— Ojalá y no — la otra contesta y yo ruedo los ojos.

Será una larga mañana.

Después del discurso del italiano, dos profesionistas dieron su patética plática y se dió la apertura a las exposiciones. En el discurso de Abraham pude escabullirme para que no me viera, o por lo menos eso creo, y ahora me encuentro dando un vistazo al stand de las diferentes editoriales y en el stand se encuentra un anuncio sobre un concurso de escritura. El ganador se lleva una cuantiosa suma de dinero y lo que es más, la publicación de su libro. Justo lo que necesito.