Capítulo 41/ No hay vuelta atrás

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— Solo espero que cuando te des cuenta de tu error, Alexandra pueda perdonarte —

¿Que es la perfección?
¿Existe el hombre perfecto?

La respuesta es "No" las mujeres nos idealizan y creo saber él por qué. Desgraciadamente nosotros, los hombres, nos encargamos de eso; al principio somos galantes y después... Nada, así como somos los causantes, somos los que nos encargamos de arruinar todo. ¿Por qué no somos caballeros por toda la vida?
En simples palabras, no existe la perfección, el humano mismo se idealiza.

Las palabras de mi prima no se van de mi mente, solo han pasado 2 semanas desde la última vez qué la ví, desde que la perdí... Pero no me hago a la idea de que yo haya caído en las mentiras de una mujer que me ha engañado dos veces y lo que es peor... Perdí mucho por tan poco.

No merezco el perdón de Alexandra.. mi Lexie... Ojalá y pueda verte de nuevo...

— Debes de dejar de hacer esto — soy reprendido por Antuan — Olvídalo ya y sigue con tu vida —

— Como si fuera tan fácil — pido otro trago.

— Realmente esto es innecesario y muy humillante. Sabes que tengo razón —

— Deja de repetirmelo, soy un completo idiota.... Viene de familia — se ríe — Por lo menos mi desgracia te da risa —

— Por favor, reacciona ya. Esa desgracia te la has causado tu mismo, por tu maldita necedad y complejo de sufrido. Alexandra tiene mucha razón al decir que no superaste lo de tu padre y llegaste a generalizar a las mujeres, de hecho también tienes razón; haberla cagado viene de familia, en eso saliste a tu padre.

Ruedo los ojos.

— Así que deja de compadecerte y busca algo que hacer, cambia tu manera de pensar y se alguien mejor. Ahora te tocará olvidarla, por qué estoy firmemente seguro de que Lexie jamás te va a perdonar. No me equivoqué al decirte que ella es diferente a todas las demás, ella si te amaba.

— Calla de una vez — niega.

— La verdad duele, pero tienes que saber algo — fruncí el ceño — Alexandra no está en Londres —

— ¿Cómo?

— Se supone que no debía decirte, pero es mejor que lo tengas presente y que hagas lo que te estoy diciendo. Alexandra se fue a Nueva York — y eso me supo más amargo que el trago que está en mis manos.

— ¿Sabes por qué?

— Claro, quiere olvidar al idiota que la lastimó — eso fue directo a mi corazón — ¿Que creéis? ¿Que ella te iba a perdonar? Decidiste creerle a la mujer que te engaño por dinero, que se metió con tu padre y lo hizo por la misma cosa de siempre; el dinero y apareció en el funeral de tu padre ¿Por qué? Por qué le faltaba dinero, buscando así joderte una última vez y lo consiguió — pide otro trago de whisky — Eres patético.

Mi Dulce Accidente ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora