Capítulo 38/ Fotografías

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— ¡Es más chica que tú! ¡Por Dio! — no puedo creer lo que estoy escuchando.

— ¡Por 7 años! — respondo molesto —  ¡¿Cuál es tu maldito problema?! —

— ¡No me hables así! — intenta abofetearme, pero no lo hace — Trato de protegerlos — dice bajando el tono de voz — No quiero que tú y tu hermana salgan lastimados, más de lo que le ha tocado sufrir —

— Ella.. ellos no son lo que piensas — niega.

— Eso no lo sabemos — ruedo los ojos.

— Su familia tiene y les a inculcado valores. Fiorella, en verdad son buenas personas — le explicó tranquilamente, tengo la certeza de saber hacia dónde se dirige con esta discusión.

— Louisa también era de una buena familia y ¿Que pasó? La peor mujer del mundo, ese fue el camino que ella a elegido —

— Alexandra no es Louisa — Claro que no.

— No te precipites, hijo mío —  intenta abrazarme — Sabes lo que una mala decisión le hizo a está familia. No deseo verte mal, otra vez —

Creo que puedo entender eso.

— De acuerdo — sonríe.

— Espero que ella pueda ayudarte a ser un buen presidente de la compañía — mi rostro denota confusión.

— ¿A qué te refieres? —

— Tu padre a muerto — ruedo los ojos. Como si yo no lo supiera —  y la empresa no se puede quedar sin un presidente que regule todos los proyectos, así que ahora es tu turno de hacerte responsable de la compañía —

— Vittorio había dicho que estaba desheredado —

Aún muerto me sigue complicando la vida.

— Por supuesto que no —

— Puedo hacerme cargo de la compañía desde londres — mi abuela gruñe desesperada.

— No, no lo harás. Tu deber está aquí — da un bastonazo y se levanta del sofá — Y no me vengas con tonterías como la de tu novia —

— No son tonterías y no era lo que iba decir. Me cansé de que manejen mi vida a su antojo, sobretodo tú y tu hijo. Tengo un contrato firmado en londres y no puedo dejar el proyecto así por qué sí — me ha empezado el dolor de cabeza.

— Resuelvelo, pero la empresa no estará sin dirección y tú no te vas de Italia — dice tajante.

— ¡Que no me voy a quedar! ¡¿No entiendes?! — exploté.

— No me interesa. Si yo digo algo, se cumple — y sale del despacho dejándome frustrado y enojado.

¡dannazione alla vita!

Mi Dulce Accidente ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora