Capítulo 1

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Oscuridad.
La nada.
Sentía que estaba flotando en un mar de silecio.
Había dejado el bosque atrás hacía ya tiempo.
Y de repente, luz.
Un atisbo. Un halo. Un rayo de sol que me instaba a seguir adelante. Con esperanza. Era un halo muy tenue. Pero era tanta la oscuridad entre la que destacaba, que para mí era lo suficiente como para intentar alcanzarla.

Ocean

Escuché una voz en la lejanía. Provenía de aquella luz.

Ocean

Corrí para alcanzarla. Corrí todo lo rápido que pude. Con todas mis fuerzas. Con todo mi ser.
Sin embargo aquella luz parecía estar cada vez más lejos, y la voz que me llamaba parecía escucharse cada vez más distorsionada.

Ocean

Algo tiró de mí, y, de repente, todo volvió a ser negro.

Me desperté sobresaltada. Notando por fin como algo tiraba de mis sábanas, como si, desde un principio hubiera querido despertame de un mal sueño.

-Ata, Ata. No pedo dormi' -mi hermana pequeña se encontraba a los pies de mi cama. Me froté los ojos cansada. Ya hacía varios meses que tenía el mismo sueño y nunca lograba dormir más de tres horas por la noche.

-¿Que pasa Percy? -pregunté adormilada, aún pensando en aquella extraña oscuridad.

-No pedo dormi' -repitió entre sollozos. Sonreí para mis adentros. A pesar de sus casi cinco años, Persia no hablaba con la claridad que debía.

-¿Has ido a ver a Aria? -la niña asintió.

-Aia duerme pofundo. -reí, Aria tenía el sueño más profundo que un oso en etapa de hibernación.

-Anda, ven aquí. -dije cogiéndola en brazos y poniéndola sobre mi cama. -¿Qué soñaste esta vez Percy?

-Un munztruo gande quedia comeme -explicó acomodándose en mi pecho. -sonreí. Al parecer no era la única con pesadillas.

-¿Estás segura? -ella asintió. -¿No sería un monstruo bueno que quería darte las buenas noches? -ella soltó una carcajada ante mi ocurrencia.

-Ez muy tade pada laz buenaz notez. -claramente no había pensado en ello. -Y loz munztruoz buenoz no eciten.

-¿Y cómo sabes tu eso?

-No ce...papi dice que a mami ce la llevo un munztruo. -suspiré con pesar y a la vez la rabia apareció en mí. Estaba harta de que mi padre utilizara  historias absurdas, sobre lo que le ocurrió a nuestra madre, para alejarla de la realidad. Sin embargo, no era mi responsabilidad ser franca con Percy sobre aquello.

-No creas todo lo que te dice papá.-dije simplemente. -Seguramente un monstruo bueno esté cuidando de ella. -parece que él no es el único con historias absurdas que contar.

-¿Mamá conucía a munztruoz buenos? -al parecer sí.

-Claro que sí Percy. Mamá siempre nos contaba a Aria y a mi sus aventuras con aquellos monstruos buenos.

-¿Me cuentaz una Ata?

-Hoy no Persia. Es muy tarde. -y lo era. En realidad, faltaban apenas un par de horas para que amaneciese y yo confiaba en que ella se quedara dormida lo antes posible para volver a intentar dormir un poco. -Mañana te contaré todas las que quieras, pero ahora debes dormir.

-Pero ci me duemo el munztruo va a veni' a po' mí ota vez. -dijo aferrándose a mí como si quisiera esconderse.

-Estoy segura de que el monstruo no te molestará mas.

-¿De vedad? -su voz sonó esperanzada, con un deje de alivio.

-Claro. Y si viene alguno, yo estaré aquí para protegerte. Como siempre.

-Acias Ata. -dijo acomodándose a mi lado y cerrando los ojos.

-Buenas noches Percy. -susurré dándole un beso en la frente. Poco después su respiración se volvió pesada.

Entonces fue mi turno de cerrar los ojos.
Y de nuevo oscuridad.

Bienvenida amiga mía.

El Ladrón De Agua© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora