MINI-MARATÓN (Fin de Semana) 1/2
Ocean POV
Llevábamos viviendo en el bosque durante casi un mes. Ya me había acostumbrado al ambiente que rodeaba aquel lugar, a cazar lo necesario y a dormir al aire libre. Persia acababa de cumplir los dos años de edad y no paraba de recordarnos que ya era mayor.
Por otra parte, Alen y yo ya nos habíamos acostumbrado a compartir manta por las noches. Nuestra relación se había vuelto más estrecha y ya no era tan fría con él como antes. Puede, y solo puede, que empezara a confiar un poco en él. Hacía todo lo posible para que mi hermana y yo estuviéramos a gusto y se lo agradecía.
Me levantaba siempre a la misma hora, según mi reloj biológico. Me iba a cazar el desayuno y luego volvía a la cueva encontrándome a Alen y a Percy jugando a alguno de sus juegos.
Pasaron varios días y Alen empezó a pasar menos tiempo con nosotras. Empecé a dudar de nuevo de él. Una mañana, me desperté sola. Percy dormía dentro de la cueva, pero Alen no estaba. Decidí meter a la pequeña al fondo de la cueva para que si pasaba alguien por allí no la encontrase. Partí en busca de Alen siguiendo el rastro de sus cautelosas pisadas que se extendían por todo el bosque. A lo largo del camino, me encontré árboles marcados con una cruz, parecían recientes.
Encontré a Alen andando hacia el norte del bosque. No había ningún árbol marcado por allí. El último que vi estaría a unos quince metros de distancia. De repente paró en seco en frente de un árbol. Sacó una daga de su pantalón y marcó éste con una cruz. Salí de mi escondite cuando se dio la vuelta, asustándolo por un momento.
-¿Qué haces aquí? -preguntó él.
-No, ¿qué haces tú? -dije fijando mi mirada en la cruz que había hecho anteriormente. Él pareció ponerse nervioso.
-Nada. -dijo dudando. -Solo daba una vuelta por el bosque.
-¿Marcando árboles? -pregunté. ¿Por qué me mentía? ¿Es que acaso no confiaba en mí? Él bufó.
-No es de tu incumbencia por el momento Ocean. -dijo frío. Me quedé estática. Él nunca me había hablado así aunque yo no tardé en contestarle de nuevo, fría como el mismísimo hielo.
-Bien, haz lo que quieras. Por mí puedes pudrirte aquí mismo. -dije dándome la vuelta para salir de allí.
-Ocean yo...-paré en seco al escucharlo llamarme.
-¿Sabes? -pregunté interrumpiéndole. -Por un momento creí que confiabas en mi, y yo estaba empezando a hacer lo mismo. -sonreí con cinismo dándome la vuelta para encararle. -Pero eso es lo que me molesta. Que todas las personas en las que confío, me acaban fallando. -arrastré las palabras con ira, dándome por fin la vuelta para salir de allí corriendo.
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El Ladrón De Agua©
Historia CortaTodo lo que creíamos conocer había cambiado. La sequía había dejado a medio mundo sin suplementos ni comida. El mundo llegaba a su fin. Tanto la raza humana como la flora y la fauna que antes hacían tan bella la Tierra se acabarían extinguiendo. El...