Capítulo 23

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"Levántate" "Ella está viva, y él también" "Vamos, arriba, todo estará bien"

Me desperté con el cuerpo algo adolorido. No sé cuanto tiempo habré estado inconsciente, pero estaba segura de que lo suficiente para no notar mi hombro herido.

Me arrastré hacia el agua tocando con las yemas de mis dedos la superficie de ésta.

Me metí poco a poco en aquel lago y entonces los recuerdos vinieron a mí de golpe.

Recuerdo a Alen tirado en el suelo. Su voz llamándome desde la distancia. Sus jadeos con cada puñetazo que le daban aquellos horribles hombres. Recuerdos de mi hermana a salvo en el bosque. Prácticamente la única razón por la que volver a levantarme.

Aún dentro del agua, saqué la flecha a duras penas de mi hombro, derramando alguna lágrima por el dolor y limpiando con agua el contorno de la herida para que ésta no se infectara. Sentía un constante ardor en mi hombro herido.

Salí del agua poniéndome de pie dispuesta a volver a casa. Cogí algo de romero, menta y lavanda que encontré en el camino poniéndolos sobre mi herida y atándome un trozo de tela, que había arrancado anteriormente de mi camisa, a modo de venda. Hice varias muecas de dolor y entonces entendí a Alen cuando le curé en el bosque. Aquella cosa escocía. Dolía demasiado, pero a la vez me aliviaba...era algo raro.

Llegué a la cueva dos horas después. Por lo menos estaba lejos del lago y allí estaría a salvo. Me puse ropa nueva y guardé en mi pequeño zurrón algunos de los pocos medicamentos que nos quedaban. Seguramente los utilizaría.

No estaba muy segura sobre lo que iba ha hacer, pero la decisión ya estaba tomada.

No me había tomado mucho tiempo decidir que iría a por Alen. Él se había convertido en alguien... importante para mi. Había conseguido que, raramente, volviéramos a ser una familia. Y además... se lo debía.


(Mini-capítulo)

El Ladrón De Agua© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora