Capítulo 12

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SUPER-MARATÓN 4/5

-Tu...-dije en apenas un susurro reconociendo a aquel extraño chico de ojos azules. -¿¡Tú has hecho todo esto!? -alcé la voz conteniendo toda la ira que sentía. -¡Maldito abandonado! -grité mas fuerte y lo golpeé en el pecho con mis manos, aumentando cada vez la fuerza, a pesar de que tenía la sensación de que me estaba quedando sin ella. Él me cogió de los brazos intentando parar los golpes.

De un momento a otro tenía sus brazos rodeando mi cintura. Al principio me resistí al abrazo golpeándole la espalda y pataleando. Pero, poco a poco empecé a calmarme y toda la ira que había retenido salió en forma de lágrimas.

-Tranquila, todo está bien. -me decía acariciándome la espalda. -Ya puedes entrar pequeña. -¿qué?

-¿Ata? -preguntó alguien desde la puerta. Deshice el abrazo y fui directa hacia esa voz por la que estaba tan preocupada.

-Percy...-dije suspirando de alivio y abrazándola. No sé que habría hecho si algo malo la hubiera pasado.

-Ata, ¿tas bien?

-Si cielo, estoy bien. -dije cogiéndola en brazos aún abrazándola.

-¿Y papi? ¿Donde ta' ? ¿Y Aia? -sorbí por la nariz y recordé que papá y Aria estaban justo en la habitación de al lado. No quería que Persia tuviera una última imagen así de ellos.

Salí fuera con ella en brazos.

-Ellos han tenido que irse a un pueblo muy lejos de aquí. Pero descuida, volverán pronto. No hay que preocuparse. -dije fingiendo una pequeña sonrisa para tranquilizarla.

-Ale. -dijo la pequeña y volvió a abrazarse a mi cuello pasando sus bracitos alrededor de éste. Noté cómo el abandonado salía de la casa detrás de nosotras.

-Siento la per...

-Aléjate de nosotras. -dije fría sin dejarle terminar. -Gracias por haber cuidado de ella, pero no te quiero cerca.

-Yo no soy como ellos Ocean. -dijo él. No sé qué me sorprendió más, si el echo de que supiera mi nombre o que creyera que me tragaría semejante mentira. -Ellos también mataron a mi familia. -bajó la mirada como si no quisiera hablar mucho del tema. Entonces comprendí que hablaba en serio. -Además, no puedes hacer esto sola. ¿Con quien se quedará la niña cuando tengas que ir a cazar? -por un lado tenía razón, pero por otro no acababa de confiar del todo en él. -Déjame acompañaros. Por favor. -suplicó.

-Yo quiero Aen. -dijo la pequeña metiéndose el la conversación.

-¿Aen? -pregunté confundida.

-Alen, ese es mi nombre. -dijo el extraño chico contestando a mi pregunta.

El Ladrón De Agua© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora