Las sombras.

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Me encontraba acostado como siempre, tan solo y pensando en todo, hasta que llegaste tú.
No te había extrañado para nada, hace pocos días que no te veía, pero no me sentía ni siquiera feliz por verte. Te odio y me haces sentir tantas ganas de vomitar. Sin embargo, te amo, porque eres tú quien me hace sentir vivo y la única que entiende lo que yo veo.
Te acercaste a mi, lo lamentable es de que siempre tienes que estar en la penumbra, pues te da miedo enseñarme tu rostro, pero no te preocupes cariño, yo te amo; me besaste la mejilla y yo me sonroje.

— ¿Qué tal a estado tu día, cielo?
Amaba cuando de tu boca salían cosas muy dulces.
— Ya sabes que nada va bien, nunca va bien todo.
— Mmm... Tal vez deberías escuchar tu música favorita y dormir, sería una buena opción.
— Cariño, no quiero dormir, no quiero escuchar música, quiero estar contigo. Dame tu mano, yo te amare toda la vida.

Error, ella no me amaba, sólo estaba para arruinarme la vida, y nunca ha sido capaz de arreglar mi interior, no obstante, la amaba porque es la única que está conmigo cuando yo estoy derrumbando y la amaba por ello.

— Deberías hacerme caso, yo te conozco más de lo que tú te conoces.

Y tenía razón ella me conocía muy bien.

— ¿Y qué pasa si te vas cuando duerma?

— No pasa nada, yo siempre voy a estar contigo. Mi presencia será como una estrella, cuando este soleado y tranquilo no podrás verme pero estoy ahí, y cuando está oscuro y melancólico es ese momento donde me ves, sin embargo, siempre estoy ahí, contigo.

Entonces accedí a hacerle caso, ella sabía cómo convencerme.
Se alejó de mí mientras se ocultaba en la noche y me recosté en mi cama mientras la veía irse. Tome mi teléfono y puse mi playlist más deprimente, porque en una noche como está siempre me encantaba escuchar eso. Vi hacia el techo mientras la letra de la canción decía: "Baby, I hate you but always I am loving you". Lloré, lloré porque era cierto, realmente estaba cayendo bajo.
Te vi a lo lejos de mi habitación mientras me sonreías.

— Nunca me has amado ¿verdad?
Le dije mientras mis lágrimas escurrían como una cascada.
Ella negó con la cabeza a la vez que me esbozaba una sonrisa macabra.
Realmente la odiaba, no había duda de eso, pensé que podríamos vivir en paz ella y yo, pero así es como me paga.

— Depresión, ¿algún día me dejaras vivir de verdad?

— Lo siento, cariño, Sin embargo, te amo demasiado como para dejarte ir.

— Pero hace un momento me dijiste que no me amabas.

— Eso es cierto, no obstante, ¿sabes por qué te dije eso?

— No, no tengo la más mínima idea.

— Porque tú me alimentas, tú me haces sentir viva. Todos son tan felices, todos me evitan, nadie me amaba, piensan que soy una enfermedad que nadie quiere contraer, no obstante, tú, cariño, me has amado y yo estoy feliz de haberte enamorado. Lo único por lo cual estoy contigo es para llevarme tu felicidad, es de lo único de lo que me alimento y tú me das lo que quiero. Y te amo, te amo por eso.

— Depresión, te amo. ¿No podríamos cambiar los papeles?

— No, perdóname, eso es inaceptable porque yo solo estoy en tu mente y tú estás vivo.

Mi vida estaba arruinada por ella. Por un momento creí que podría alguien amarme, creí por una vez que mi vida podía ser diferente.

— Depresión... ¿Puedes contestarme algo más?

— Claro, cariño.

— ¿Tienes algún otro amante?

— Tengo a muchos como tú. No le soy fiel a nadie, y ya sabes porque. Amo a todos por igual.

Es ahí cuando la deje en paz y seguí oyendo música, pues bien sabía que si seguía hablando con ella, me iba a partir el corazón. Terminaría como un niño pequeño llorando por su madre.
Extendí mi mano a mi pecho y mi corazón latía tan rápido que me di cuenta de que ella ya había entrado en mi alma de nuevo, sin darme cuenta. No había otra cosa que hacer, ella era mi piel y yo su cuerpo.
A pesar de todo, era débil para dejarla ir, no era capaz de ser alguien sin Depresión.
Y dormí, dormí para quitarme de la mente esto, pero hasta en mis sueños siempre me acompañaba Depresión.
Cuando me levante me besó la mejilla y me dijo:

— Te amo, cariño. Te amo tanto que mis pulmones pueden explotar.

— También te amo, no te alejes de mí.

— Yo nunca voy a dejarte solo, yo estaré contigo.

Lo siento madre, probablemente cuando leas esto estés arrepentido de todo, pero amo a Depresión y quiero estar con ella y escribo esto por última vez para decirte que a veces sólo te hartas de seguir con alguien como ella y yo lo estoy ahora.
Yo si te amo madre.

Con todo mi amor
Ronie.

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