Micro Cuentos

La última vez.

Estaba decidió a terminar con toda esta mierda. Después de tanto pensarlo, llegue a la conclusión de que realmente no vale la pena sufrir.
Estuve en clase de Geometría, solo miraba el reloj. Observaba como el segundero recorría todo ese largo trayecto de 360 grados y sin embargo, lo único que lo podía detener eran las pilas.
Cuando terminó decidí buscar un megáfono, el cual lo encontraría en la oficina del director. Por suerte hubo una conferencia tanto para alumnos como para todos los directivos de la institución.
Ya por fin tenía todo lo que necesitaba pero en realidad me puse a reflexionar: "¿Es esto lo que realmente quiero?". Y nuevamente el impulso de enojo y desesperación se adueñó de mi. Corrí por las escaleras y veía como los alumnos entraban para regresar a sus clases. Algunos me veían y era como sino importara, también había unos cuantos en los que yo no existía en su realidad.
Terminaron las escaleras y por primera vez me sentía tan vivo, tan impulsivo. Así que lo que había al final de las escaleras era la puerta, esa que me llevaría a la felicidad.
Al abrirla pude mirar el cielo azul, el color de los murales, la ciudad infestada de dióxido de carbono y a todo el mundo ignorandome.
Camine hasta el precipicio del edificio, tome el megáfono y recite mi monólogo.

"Hoy es un día muy especial para mi. Conmigo o sin mi, el mundo girará y aun así no importaría. Me siento tan bien estando en este lugar y por fin puedo apreciar ese cariño, no, no, más bien, me encanta la sensación de su preocupación, la forma en que sus caras se angustian por mi. Pero ya no hay marcha atrás"...

A lo lejos alguien grita
"No lo hagas, X. Yo puedo salvarte".

Y entonces yo respondí.

"No quiero que nadie me salve, llegaste 3 años tardes y lo que ahora menos quiero es que una persona me libre de este pecado. Me siento profundamente abandonado, sin sentido. Mi vida no tiene un propósito y mucho menos si soy una insignificante basura en un mundo repleto de humanos hipócritas, imbéciles e incultos. Nunca se han preocupado por mi, miles de veces he hablado sobre el hecho de morir y ¿me tomaron en cuentan? ¿Alguien se preocupo por mi? Nadie me ha hecho sentir que valgo la pena y a pesar de esta gran cantidad de alumnos y profesores, ninguno tuvo el valor tan siquiera de decirme: "no comparto tu dolor, ni mucho menos lograré entenderlo, pero estoy totalmente seguro de que voy a ayudarte", de todas maneras no quiero que nadie comprenda mi dolor, solo quiero alejarme de todo este mundo que me proporciona tristeza y desolación. Así que me voy y todos váyanse al carajo".

Me alejo un poco del precipicio y pongo el megáfono en el suelo y de inmediato saco mi celular del bolsillo, buscó una cancion ideal para el momento. Acercó el teléfono al megáfono y esta empieza a sonar.

Nuevamente me acerco al precipicio y veo a todos gritar, algunos asustados, otros tantos alegres por mi final. Pero cuando muera ya no tendré que preocuparme más por ellos.
Digo mis últimas palabras para mi mismo:
"Espero que el más allá me regocije".
Tenia miedo de saltar, no obstante, soy consciente de que las cosas tenían que suceder de esta manera, quería que fuesen así.
Entonces salte veía los pájaros a lo lejos, miraba por última vez el cielo azul, recordé los ojos azulados de Mónica y fue ahí donde mi último pensamiento fue ella.

Así pues, fue LA ULTIMA VEZ que pude esbozar una sonrisa verdadera.

N/A: Está historia es totalmente ficticia pero mi inspiración vino cuando leí sobre el suicidio del Joven Roberto Carlos Villaseñor. Mi muy sentido pésame a la familia y a todo amigo cercano a este muchacho.
P.D: Espero de todo corazón que alguien tome en cuenta que la depresión, el dolor, las críticas, la inseguridad y la soledad son factores que llevan a que una persona se quiera suicidar y ojala que el mundo entero pueda auxiliar a todas aquellos jóvenes y personas que se sientan tristes y desahuciados.
P.D 2: Si alguien necesita ayuda o que los escuche, no duden en contactarme.