Me duele.

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Triste soledad que te apareces tan repentinamente. Tan sola y adolorida.
Pero heme aquí llorando, desconsolada y sin razón aparente.
Me llenas de dolor, de una tremenda melancolía. Los ojos sólo se llenan de lágrimas. No hay sonido ni ruido que pueda producir mi llanto.
Así pues, llega la depresión.
Lloro por ti y tú estás ahí fingiendo ser alguien feliz y extrovertido... Mientras descontroladamente lloro ante tus propias narices.
Me duele quererte, me duele ser infeliz, me duele tu indiferencia, me dueles tú. ¿Por qué es así esto?
Lloro y no encuentro satisfacción alguna. Me derribó, me muero, no encuentro salvación. Dios salve mi alma.

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