-¿Recuerdas que me dijiste que tal vez había alguien por ahí esperándome?.-Asintió y tragué saliva antes de seguir hablando.- Al parecer no hay nadie..-¿Por qué le dije eso?
-Harley, ha pasado poco tiempo..-A mi me pareció una eternidad, ya veo que para el no.- De seguro aún no te lo encuentras.
-Cuando me dejaste la primera vez..-Tomé asiento en sofá de cuero rojo.- Yo te esperé.-Tomó asiento a mi lado tal vez dándose cuenta que la conversación tenía para rato.- Si todos tienen a alguien que por algún lado los está esperando, ¿Yo soy tu persona?
-Ve al puto grano, Quinn.- Apoyó sus codos en sus rodillas y me miró directamente a los ojos.
-Que si yo decidí esperarte a ti.-Suspiré y decidí enfrentar su intimidante mirada.- ¿Por qué alguien más me tiene que esperar a mi y no tú?
-No sé, Harley.- Pasó sus manos por su cabello verde peinándolo hacia atrás.- Yo no sé las reglas del juego...
-Es que esto no es un juego, Puddin.- Al decirle de esa forma quitó rápidamente su mirada de mi y tosió, sonreí.- ¿Podrías hacerme el favor de quererme, por favor?.- Me acerqué a el y mi labio inferior temblaba.- Y no buscar alguna excusa para alejarme.
Se levantó de un salto del sofá de un salto y comenzó a caminar por la sala de la empresa donde robamos de un lado para otro.- No sé porque te escuché, debería irme.
-Pero estás aquí ¿no?.
Joker.
Es verdad, debería haberme ido, pero por alguna razón estoy aquí, frente a ella, con una confusión gigante en mi cabeza.
-No sé porque siempre vuelvo a ti, aunque sea inconscientemente.- Tiré de mi cabello hacía atrás y me detuve frente a ella.- Plan que hago termino contigo a mi lado.
Es la única persona que te hace sentir algo, tal vez por eso sigues volviendo a ella, ¿No crees?
Silencio.Se levantó y envolvió sus brazos en mi cuello, me estaba abrazando.- No me alejes, por favor.- Me estaba apretando, como si tuviera miedo de que me desvaneciera.
Nunca nadie me había hecho sentir tan importante.-Vamos a casa.
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Begging you.-Harley Quinn, The Joker. ||editando||
Fanfiction❝ Entonces, te das cuenta que no es quien te mueve el piso, sino quien te centra. No es quien te roba el corazón, sino quien te hacer sentir que lo tienes ...