Al llegar al pueblo vecino, dónde nadie me conocía y por lo tanto nadie me molestaría, me sentí igual que siempre: solamente conmigo. Todo seguía igual y eso me causaba interés en el lugar. Además podría trabajar bien, sin ningún problema ni rencores ni con "mala fama".
Una noche, cuando caminaba hacia ningún lado, me tropecé con un hombre unos años más chico que yo, que estaba acostado debajo de toda la oscuridad de aquel callejón.
Me alcanzó con mirarlo a los ojos para notar todo su dolor. Siempre me pregunté por qué con una sola mirada a los ojos de alguien alcanza para darse cuenta cuánto sufre.
Por primera vez en mi vida había sentido lástima por alguien: algo estaba ocurriendo.
Le pregunté si tenía hambre y con su cabeza me dijo que sí. Entonces tomé algo del dinero que había ganado escribiéndole poesías a un hombre enamorado y se lo ofrecí.
Él lo negó.
En ese instante comprendí que no estaba ayudándolo realmente, sino que estaba queriendo lograr solucionar aquella circunstancia en vez del problema. Supe también que estaba actuando como el resto de la gente, quienes seguramente hubiesen tirado unas pocas monedas y luego marchado con la alegría de haber ayudado a alguien (y sobretodo contentos por tener algo que contarles a sus amigos).
Volví a mirarlo, ahora con comprensión en vez de lástima.
Lo tomé por los codos y lo ayudé a levantarse del suelo y de la oscuridad; y, con el mismo dinero que le había ofrecido compré algo de comida para ambos y lo invité a hablar conmigo mientras cenábamos.
Él sonrió y ahora sí aceptó.
Cuando la luz le pegó en la cara, ésta pareció rejuvenecerse.
- ¿Cómo te llamas? –le pregunté con algo de miedo a que esa persona que también sufría tanto como yo y que la vida parecía haberlo estropeado, tenga mí mismo odio hacia los demás; y sobretodo que en esos "demás" me incluya-
- Mi nombre es Simón, señor, y le agradezco enormemente su invitación... hacía mucho que no cenaba...
- Pero yo le ofrecí el dinero y usted lo rechazó...
El miró fijamente el plato de comidas y levantando la cabeza lentamente, muy lentamente, con los ojos tristes pero sonriendo, como quién se queda sin respuestas, volvió a hablarme diciendo:
- Hacía mucho que no cenaba con alguien que sepa que está cenando conmigo.
- Muy bien, podría decirle lo mismo si mi corazón no estuviese tan frío.
Simón reía preocupado.
Pasamos horas y horas hablando, contándonos nuestras vidas.
Nuestras palabras hicieron que la noche se transforme en día rápidamente.
Así supe que Simón se parecía mucho a mí, ya que él también había lu7chado por ser él mismo y había sufrido mucho para conseguirlo, pero cuando se vio tan solo renunció a gran parte de ese desafío y se conformó cayendo en un callejón más oscuro aún del que nos habíamos conocido.
Resulta que Simón había llenado su espíritu de ganas de salvar al mundo, de cambiarlo y de hacer que la gente sea más feliz, pero las personas le mostraron lo difícil que sería y Simón, sin más remedio, tuvo que abandonar su plan. ¿Cómo puede una persona ser tan cruel? Si el mundo necesita un cambio, ¿por qué no deja que los que queremos hacerlo lo intentemos? ¿Por qué tanto interés en contagiarnos su estupidez? ¿No tienen más nada que hacer que quedarse sentado viendo a la gente sufrir? ¿Por qué nos invitan a ser egoístas? Sentí mucha pena por Simón, por haberse cruzado con semejantes "cosas-personas", pero me entusiasmaba cada vez más su amistad, sus valores y hasta su ignorancia.
Luego de varios años de gobernar MI mundo invité a un amigo a ser parte de mí.
Realmente algo estaba ocurriendo conmigo.
- ¿Eres nuevo en el pueblo?
- Así es, la gente de mi lugar natal no me quiere cerca. ME temen. Le tienen tanto miedo a cambiar...
- ¿Y cómo haces para conseguir dinero para sobrevivir? ¿Trabajas?
- Escribo poesías y las vendo. Por ejemplo a las personas enamoradas para ayudarlos en sus conquistas o en alguna reconciliación. Es Divertido.
- ¿Pero no era que tu corazón estaba frío? ¿Cómo puedes hablar de amor con tanto hielo en tu corazón?
- No lo sé, por eso digo que es divertido.
- ¿Alguna vez has estado enamorado?
- Sí, antes de congelarme. Pero dejé de creer en el amor, al menos en ESE tipo de amor, por sufrir por él. Ahora pienso que si alguien sufre por amor, no sabe lo que es el AMOR.
- ¿Tú sabes lo que es? –Simón estaba muy interesado en aprender.
- No, me conformo con mis poesías.
- ¿Qué piensas a cerca del amor?
- Mmmmmm... es una pregunta muy difícil de responder. Hay muy poco que pensar a la hora de hablar de amor, pero creo que el principal objetivo de vivir es encontrar a nuestra alma gemela. No importa cuánto tardes en darte cuenta, ni cuántas vidas necesites, ni las posibilidades, ni las situaciones, ni las personas que intentan alejarte de ese sueño, ni NADA, absolutamente nada. Si esas almas gemelas se quieren encontrarlo logran. Recién ahí el amor se puede pensar. Primero hay que sentirlo. También estoy completamente seguro de que no hay dos almas para una sola alma...
Simón escuchaba muy atento, sabía que tal vez otra persona se hubiese reído a carcajadas o hasta marchado asustado confundiéndome con un loco. Estaba contento de tener un amigo como él en mi mundo.
- ... creo que en definitivamente somos seres de una sola ala y que para volar solamente necesitamos del ala de nuestra alma gemela. Así, abrazados y con nuestras-dos-alas sentiremos la libertad y la felicidad que el amor provoca.
- ¿Estás dispuesto a luchar por esa alma gemela aunque puedas volver a sufrir?
- Sí, son pocas las cosas que valen la pena. Encontrar a la mujer de mi vida es la más importante de todas ellas. Pero mientras tanto, hasta que no vea sus ojos y mi corazón no la reconozca sigo enamorándome de mis poesías.
Simón permanecía callado, fijando su atención en las sombras de nuestras palabras.
- ¿Pero cómo podrás encontrarla con tu corazón hecho hielo?
Me dejó pensando, dejé pasar unos minutos en silencio y pensé mil veces una respuesta para esa pregunta, pero no pude hallarla.
Allevantar mi vista Simón estaba dormido.
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La princesa del poeta
RomanceCuenta una leyenda que hace siglos, un grupo de sabios se reunió para encontrar la definición perfecta para la palabra amor. Luego de años de búsqueda, todos llegaron a una sencilla conclusión: El AMOR es el AMOR. -*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- - Esta es u...