31.

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La mañana transcurrió lenta y tranquila. Ninguno de los dos jóvenes, aunque se sentían felices por el nacimiento de su pequeña hija, tenían ánimos suficientes para hacer bromas o reír; el miedo y la preocupación habitaba en sus cabezas sin abandonarlos un segundo.

—En una hora debemos irnos, Mingyu —susurró el azabache, mirando el reloj y tocando su vientre. Sae Ron no se movía desde él día anterior, eso preocupaba mucho a Wonwoo... quien había decidido no mencionarle nada al menor para no preocuparlo aún mas de lo que ya estaba.

—¿Está todo listo, verdad? —lo miró, suspirando.

—Si, llevaste el bolso con la ropa al auto hace diez minutos —recordó—. Tal vez deberíamos ir ahora... tengo que avisarle a mis padres.

Los padres de Wonwoo habían llegado él día anterior para estar presentes en el momento del parto apoyar a ambos independientemente de lo que llegase a pasar, y ahora se hospedaban en la casa de Mingyu mientras que él vivía con Wonwoo.

Ya que ambos eran dueños de sus casas y no tenían que pagar la renta, habían acordado que cuando lograran recuperar el dinero perdido con el tratamiento demolerían la pared divisoria de las casas y así hacer de las dos, una sola casa.

*    *    *

—Todo saldrá bien —afirmó la madrastra de Wonwoo sosteniendo su mano con fuerza.

—Eso espero —suspiró.

Wonwoo se encontraba en la que sería su futura habitación si salía con vida del quirófano, luego de la cesárea. Un medico entró en el lugar, diciendo que era hora de la operación y que iría a buscar la silla de ruedas para transportar a Wonwoo hasta allí.

—Regresaré en cinco minutos... —informó el enfermero— Será mejor que aguarden en la sala de espera hasta que la operación termine.

  Cuando el hombre se fue, los padres de Wonwoo salieron tras él. En cambio Mingyu se quedó sentado en la camilla junto a su pareja.

—Mingyu... si no salgo de esta, quiero que sepas que te amare por siempre —dijo Wonwoo con un hilo de voz, mirando fijamente al moreno—. Agradezco el día que Ki Su llegó a casa y nos unió. Gracias por estar ahí para ayudarme y por estar a mi lado todo este tiempo sin alejarte ni un segundo.

—Te amo, Jeon Wonwoo —susurró Mingyu, tomando su mentón y uniendo sus labios en un beso en un beso delicado, lleno de amor, que duró unos cuantos segundos—. No importa lo que pase, siempre te amaré.

  El enfermero llego para llevarse a Wonwoo, quien volvió a capturar los labios de Mingyu en un beso mas corto, pero igual de dulce. Mientras se iba de la habitación, Mingyu susurró un "te amo" lleno de temor. 

Algo en el interior de Wonwoo, le decía que ese había sido un beso de despedida para siempre.

[...]

Una hora y media paso desde que se habían llevado a Wonwoo y aun no tenían noticias. Los padres de Mingyu también se encontraban en la sala de espera, deseando obtener buenas noticias pronto.

—Maldita sea, ¿cuanto mas se van a tardar? —protestó, totalmente nervioso.

—Tranquilo, una cesárea no es algo rápido —dijo su padre, acariciando su espalda.

Mingyu levantó la cabeza para resoplar y vio al medico que había atendido a Wonwoo los últimos nueve meses, caminar hacia ellos. Se levantó de un saltó de su asiento.

—Doctor, ¿como está? Dígame que salio todo bien, se lo suplico —dijo Mingyu.

—Hicimos todo lo posible para que  Wonwoo no perdiera mucha sangre, pero fue imposible —respondió, con un suspiro—. Perdió mas sangre de lo que una mujer pierde en las cesáreas... —todos palidecieron considerablemente.

—Doctor... ¿cómo está mi hijo? —el padre de Wonwoo tenía los ojos totalmente aguados.

—Tienen mucha suerte... —sonrío el hombre— El tratamiento fue efectivo, la hermosa niña y Wonwoo están totalmente fuera de peligro.

  Mingyu cerró los ojos y comenzó a llorar sin tratar de contenerse. Su novio y su hija estaban a salvo, ambos con vida.

—Tal vez Wonwoo tarde un poco mas en recuperarse de la operación, pero en un mes aproximadamente ya estará totalmente recuperado —sonrió—. Felicidades, su hija es hermosa.

—¿Cuando podre verla? ¿Cuando traerán a Wonwoo? —inquirió.

—Ahora están vistiendo a la bebe, a Wonwoo lo traerán en un tiempo mas —sonrió, antes de alejarse.

Mingyu abrazó fuertemente a sus padres y luego a los de Wonwoo sin poder detener sus lagrimas. Minutos mas tarde, le dieron la autorización para que solo entrara una persona a la habitación de Wonwo; por supuesto, el primero fue Mingyu.

  Al abrir la puerta, lo primero que vio fue una pequeña cuna transparente con una pequeña bebé moviendo sus manitas. Su bebe. Al acercarse a la cuna y verla, no pudo evitar sonreír de oreja a oreja; era hermosa.

Estiro las manos para levantarla, pero no lo hizo: no tenía idea de como cargar un bebe. Movió las manos de un lado a otro con cuidado, buscando la mejor forma para alzarla en brazos, sin tener éxito.

—¿Necesitas ayuda? —rió la enfermera, Mingyu asintió sin quitar la vista de su princesa— Pon los brazos así —la joven mujer cruzó sus brazos, indicándole como debería sujetarla.

Cuando Mingyu se sentó en la cama, con los brazos cruzados como ella le había indicado, la enfermera deposito cuidadosamente a la bebé en su brazos; quien después de unos segundos comenzó a llorar.

—¿Tu también vas a llorar cada vez que estés sola conmigo? —rio. Pero no le importaba, porque era SU niña— Saeronnie, princesa... soy papá Min —dijo, meciéndola levemente e intentando calmarla—. Es un gusto conocerte, mi amor —comentó moviendo su mano de la cual la niña sujetaba su dedo indice, sin dejar de llorar—. Bienvenida al mundo, hija.


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N/a: ¡¡HOLA!! ¿Qué les pareció? Yo, sinceramente, me morí de ternura al imaginarme al gigante con un bebe en brazos.

¿Les cuento un secreto? Estuve a NADA de matar a alguien y hacer que este sea el ultimo capítulo, pero me arrepentí justo a tiempo. Ya las hice sufrir mucho, últimamente... no daba seguir siendo mala :v <3 

Muchos besos♥

The Kid (Meanie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora