CAPÍTULO 47 - "LA CABAÑA DE ARLET"

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Ya entre los bosques, Arlet y Soli buscaban una cabaña que según la pequeña niña era un refugio bien suministrado de su padre que servía como casa de campo y puesto de vigilancia los días que era su turno, a veces los chicos de las bases decidían escapar y el vigilante de turno tenía que dormir en aquella cabaña, la cual esta ubicada en el centro misma de las cuatro bases militares interceptando la única salida de esa selva.

Entre tanto, en la caminata Arlet empezaba a tararear una curiosa melodía, la cual contenía las siguientes palabras:

"y cuando cierres los ojos...tú podrás volar...mientas tu cuerpo vez...dormir una vez más...tu corazón no está roto...pero libera tus sentimientos...lo persona que eres...tus mas puros deseos..."

SOLI: Oie, y, ¿quién te enseño esa música?, suena algo oscura para ser apto para un niña.

ARLET: Mi papi, todas las noches escucho cuando la canta, luego se recuesta y no vuelves a oír otro ruido por parte de él.

SOLI: Interesante, tú, ¿has dormido en aquella cabaña?

ARLET: Pues si, pero aunque tu primera impresión será deprimente por el camino que hemos recorrido, recuerda que por dentro es el hogar perfecto.

SOLI: Y la canción, ¿sabes de qué trata al menos?.

ARLET: La verdad no, solo la eh oído cantar repetidas veces a mi padre, como ya te explique, cada noche antes de que se quede dormido.

SOLI: Si, lo sé; no tiene sentido pues no parece ser una canción de dormir, tal vez fue de él de quien sacaste lo oscuro.

ARLET: !Qué hablas¡, mejor ve hacia adelante que ya estamos cerca, ¿logras observar la cabaña?.

Una pequeña cabaña de madera aya a lo lejos se dejaba notar entre estos frondosos y enormes árboles, nos adentramos más y más al bosque por esta cabaña, pero era de suponer en que Arlet conocía el camino a la perfección y por tanto Soli no debería tener miedo en perderse, pero había dentro de él una pequeña molestia, la cual le advertía que ese lugar era algo extraño; como de costumbre Vero y Nire desaparecieron en ese preciso momento.

Arlet sacó una antigua llave que llevaba por collar, su padre se la había entregado para que entre a la casa cuando guste, pero que lo ponga en un collar, hacía suponer que era muy importante que no lo pierda, ya que por mas que sea una niña, era ilógico pensar que era despistada, lo cual hacia mas insólita la pregunta de por que tan escondida y tan protegida tenía que estar esta cabaña.

Al entrar en aquella cabaña Soli se percató de que el piso estaba perfectamente limpio, encerado y pulido tanto que en ese suelo rustico de madera podías ver fragmentos claros de tu reflejo, como si se tratase de vidrio sobre el suelo de madera.

Cada artefacto de la cabaña tenía artefactos muy antiguos, y según Arlet iba describiendo cada uno de los artefactos que adornaban la casa, repetía que cada cosa por más pequeña que sea tenía un función en la pequeña cabaña.

Soli no dejaba de sorprenderse por lo pequeño de la cabaña, pero por lo acogedor y ordenado que era todo, por otra parte al observar minuciosamente cada uno de los artefactos se dio cuenta que la mayoría de ellos se encontraban cubiertas de una gruesa capa de polvo, al parecer lo único limpio de la casa eran los pisos y uno que otro artefacto de uso diario, como el teléfono.

SOLI: Oie, hace cuanto que tu papá no viene por aquí, todo lo que tocan las paredes están completamente llenos de polvo y suciedad.

ARLET: Pues la verdad que no lo se, pasé entrenando durante mucho tiempo con Liam, que no e venido aqui hace mucho,pero si, tiene razón, es solo es de usar cosas practicas y que necesite al momento tal vez por eso las cosas menos útiles están cubiertas de polvo.

SOLI: Bueno entonces por que eso de aya...

ARLET: Shut shut shut, preguntas mañana, ¿si?, ahora vamos a dormir que mañana tenemos mucho que hacer, como arreglar el dojo por ejemplo, así que a dormir bien.

SOLITARY - Sentimientos sin corazón, locura sin razónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora