Emily lo miró, sorprendida ¿Estaba hablando en serio? ¿Almorzar? ¿Con él?
–¿Usted siempre invita a almorzar a todas las chicas nuevas? –Curioseó Emily. No pudo evitarlo.
–No a todas –admitió él.
No, nunca había hecho algo así. Bueno a excepción de Patrice, que fue muy insistente en salir con él y, a decir verdad, hubiese sido mejor nunca acceder a que la frívola rubia entrara a su vida.
–Pero tú... tú eres diferente -Respondió.
Emily lo miró arqueando una ceja y cruzándose de brazos... y allí está otra vez. Se veía tierna. Ese sentimiento con el que se sentía tan poco familiarizado y que, sin embargo, estaba una vez más en su vida.
–¿A si? ¿Y por qué soy yo la diferente? –quiso saber.
¿Por qué? No lo sabía, pero quería almorzar con ella. Tenía que improvisar una respuesta inteligente ¡ya! Nunca le había pasado y las ideas se le estaban terminando, adoptó una expresión seria para enfatizar su respuesta.
–Porque... trabajas para mí, en la misma planta y quiero que sepas cómo funcionan las cosas aquí...
–Señor Carmichael –interrumpió ella– firmé un contrato en donde se me explicaba cómo se...
–Lo sé, lo sé –dijo el mostrando las palmas de las manos en alto- ¿Te molestaría almorzar conmigo sin ningún motivo?
Emily no pudo evitar sonreírle. Su nuevo jefe era... no sabía cómo describirlo. Era lindo. Era cierto era muy atractivo, cabello castaño claro, unos labios gruesos y ojos azul claro, parecía una persona cálida, una persona que hacía que se sintiera bien, sin tener que fingir. En realidad no le molestaba nada compartir algún tiempo con él.
–No, claro que no –le dijo Emily–. No me molestaría almorzar con usted.
–Tengo mesa permanente en L'blue. Me gustaría que vayamos ahí. Espérame en la entrada e iremos hasta allí andando, no queda lejos y te gustará el paseo. La zona es interesante.
–De acuerdo -dijo Emily, agradecida de llevar el vestido que llevaba puesto.
Axel sonrió mostrando una atractiva hilera de blancos dientes y un ligero brillo en sus ojos. Si él mismo se hubiera visto a un espejo jamás habría creído que su rostro era la viva expresión de la felicidad, de la normalidad. Del antiguo Axel Carmichael.
–Muy bien. Entonces nos vemos más tarde. No lo olvides, si lo haces pasaré a buscarte hasta que digas que sí. Puedo ser muy insistente.
Y ella no lo dudaba.
–Okey... -respondió ella. Sin la menor duda; cuando Axel Carmichael quería algo, lo conseguía.
Axel salió silbando de la oficina de Emily Walker y entró en la suya propia, Patrice lo miró desde su escritorio y preguntó:
–¿Se puede saber de dónde vienes tan... contento?
La rubia lo observaba desde la puerta de su oficina mordiendo un lápiz, como siempre enviando mensajes sugerentes que él no quería volver a responder.
–Patrice, me tomaré la tarde libre después del almuerzo. Ya que tengo solucionado lo más importante de la semana y el que no esté no afectará a nadie –Informó.
Patrice arqueó una ceja.
–Aún queda la reunión con el sargento Marshal, por tus días en las Fuerzas Especiales –le recordó–. Ha insistido mucho.
-Jeremía Marshal sabe que me niego en redondo a lo que me está pidiendo. Así que cuando te pregunte si dejé algún mensaje dile que no acepto. Y si llama Nick dile que me llame al celular.
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De amor y tormento #1 "De amor y tormento"
RomanceAxel Carmichael era un hombre con un doloroso pasado. Como parte de las Fuerzas Especiales fue enviado a Irak a cuidar un pequeño pelotón en donde Andy, su hermano, era médico. En un reconocimiento de terreno encontraron a una mujer herida y se la l...