El jueves amaneció lloviendo torrencialmente y Emily iba a tener que pedir un taxi para ir a trabajar, con suerte iba a llegar a punto porque cada vez que llovía Nueva York era un caos.
Se vistió con un jean, una camisola blanca y unas plataformas negras, tomó el bolso y comenzó a guardar las cosas para irse.
—Ya te pedí el taxi —dijo Martina—. Estás preciosa, si lo que quieres es que el teniente se arrepienta, vas por muy buen camino.
—No quiero que...
—Di la verdad. Estás ansiosa porque se arrepienta. Quieres que cuando te encuentre sola en algún pasillo, te empotre contra la pared y te devore con esos labios...
Emily no quería solo eso, quería que la devorara completa y en todos los sentidos, que devorara cada parte de su cuerpo, que explorara cada centímetro de su ser.
—Basta Martina —dijo con una media sonrisa.
—Te pusiste roja, así que es verdad.
—Si es verdad, quiero que me devore —sonrió— ¿feliz?
—Satisfecha.
Cuando tomó el celular en sus manos había un whatsapp que no había leído aún y era de Axel.
Axel: nunca me decepciones, corazón. A mi todavía me tienes ¿te tengo a ti aún?
Emily estaba a punto de responder, pero no lo hizo, solo se limitó a subirse al taxi y se fue a trabajar. Axel y sus mensajes la estaban volviendo loca.
Popita estaba cada vez peor de salud.
Emily regresó del veterinario el jueves por la noche y la perrita tenía puesto un suero con vitaminas, cuando éste se terminara, debía quitárselo según las indicaciones que le había dado el veterinario.
Al parecer ya estaba muy viejita y estos eran sus últimos meses de vida.
Su ángel protector se estaba apagando.
Emily le besó la cabecita y la dejó durmiendo en su cuchita mientras revisaba que el suero estuviera goteando y que no se le hubiese salido la aguja.
Cuando salió de la habitación se dio cuenta de que estaba sola. Se moría de ganas de que Axel la abrazara, necesitaba que la envolviera con el calor de su cuerpo, necesitaba descansar con su cabeza en el duro pecho de su amor, aspirar el perfume de su cuerpo y succionar el sabor de sus labios. Las lágrimas comenzaron a caer sin poder detenerlas, se llevó las manos al rostro y lloró amargamente, sacando toda la tristeza que tenía dentro y necesitaba sacar fuera.
Lo extrañaba con desesperación, pero no era tiempo aún. El necesitaba su tiempo, estaba muy herido y sabía que toda herida llevaba tiempo de sanar.
El sábado iba a verlo, iba a verlo porque todavía, aunque estuviera con Patrice, aunque estuviera con otras, lo amaba y lo seguiría amando.
«No lo llames aún», se dijo, pero era tan difícil estar sin él. «El necesita tiempo, no lo llames» y con esa idea en la cabeza y en el corazón vigiló a Popita hasta que el suero se acabo y dejó la dormir hasta el otro día que le tocaban sus vitaminas en la primera comida del día y luego otras vitaminas en la última comida del día.
Un mensaje llegó en el instante que ella tomaba el celular en sus manos.
Axel: Si te estás preguntando por mí, déjame decirte que mi vida está vacía si no te tengo en mis brazos, Emily Walker
Luego llegó otro.
Axel: Espero verte pronto.
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De amor y tormento #1 "De amor y tormento"
RomanceAxel Carmichael era un hombre con un doloroso pasado. Como parte de las Fuerzas Especiales fue enviado a Irak a cuidar un pequeño pelotón en donde Andy, su hermano, era médico. En un reconocimiento de terreno encontraron a una mujer herida y se la l...