Capítulo 4

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Axel Carmichael se paró frente a la casa de sus padres. Su madre había insistido mucho en que asistiera a esa cena, pero él no tenía ni la más mínima gana de hacerlo. Se acomodó el cuello de la camisa, sin corbata, que tenía debajo de un sweter de punto cuello de pico. Dio un paso adelante y tocó el timbre, pronto se oyeron los pasos de su madre que abrió la puerta y le sonrió.

–Bienvenido a casa, hijo.

De pronto se sintió tímido ante la mirada azul de su madre.

–Traje un malbec, mamá... –dijo mostrando la delicada botella.

Siguiendo con la tradición de evocar los mejores recuerdos para Andy, decidió que sería la mejor bebida para disfrutar, aunque este ya no estaba en el mundo de los vivos.

–El favorito de mi niño –dijo emocionada–. Qué bueno que lo recordaras...

Ambos ingresaron a la casa y Axel se vio rodeado del resto de los Carmichael. Jason Carmichael estaba detrás del Times y Peter Jackson estaba con un vaso de tónica con hielo. Su cuñado lo miró mientras que su padre no levantó la mirada, su hermana estaba visiblemente tensa y él se sintió desgraciado. El peso que traía en sus hombros se intensificó.

–Vamos a la cocina, hijo. Tengo algo que decirte. Ven, ven.

Con esa nueva sensación casi asfixiante, caminó detrás de su madre.

Se sentó en una banqueta del desayunador que él mismo había diseñado para su madre. La mujer le sonrió mientras que ponía ante sí un vaso con limonada dulce, bebida que el rechazó con educación.

–No los culpes, hijo mío. Todos están muy cansados –dijo la mujer sin mirarlo a los ojos.

«Yo también estoy cansado»

–Mamá... –dijo en voz baja.

–Me gusta que vengas a casa, hijo mío... prefiero esto a... a que...

–Mamá quiero decirte que esta es la última vez que vengo a estas cenas –informó–. Tengo muchas cenas a la semana. Se me está haciendo difícil repartir mi tiempo...

–Pero hijo –interrumpió la mujer– ¿Como prefieres cenar junto a personas que no te conocen a... a nosotros?

–Por lo menos ellos me miran a la cara –No pudo evitar el rencor en el tono de su voz. Luego, al ver el rostro de su madre lo lamentó.

–Eso es porque no te conocen...

El silencio se hizo tan pesado que por un momento tuvo que inspirar tan profundo para no ahogarse...

–Muy bien –dijo Axel mientras se ponía de pie.

–No hijo... espera, espera un segundo. Axel.

–Quédate con el vino... hasta pronto...

Salió maldiciendo de la casa de sus padres y se metió en su auto, lanzó un grito y golpeó el volante en repetidas ocasiones para no perder el control, para no perder las batallas contra las lágrimas, pero se sentía vencido.

Ahora era definitivo, esto estaba destinado a ser así; había perdido a su familia. Tal vez para siempre.

Cerró la puerta de su departamento y se dirigió al mueble a donde guardaba su wiski especial y se sirvió un vaso que se bebió de corrido, luego otro y otro... estaba perdiendo el control y no podía evitarlo. De pronto el rostro de una sonriente Emily Walker se apareció en sus ojos cerrados. Ella decía que primero había que cambiar uno mismo para poder cambiar con los demás, pero era difícil. Muy difícil.

-¿Axel? -Teresa encendió la luz del despacho, Axel estaba recostado en el sofá de cuero marrón con la cabeza recostada en los reposabrazos-... Axel, hijo mío...

De amor y tormento #1 "De amor y tormento"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora