Defender Mi Honor (D.M.H. 1)

Capítulo 14*

7 de Septiembre de 1815

En cuanto abrí los ojos, pude ver frente a mí a mi mamá junto con mi tía y hermana. ¿Cuándo tendré más privacidad?

—¿Qué pasa?—pregunté incorporándome en la cama. Tenían un vestido en manos.

—¿Cómo que qué pasa? Hoy es tu cita con la modista.—dijo mi madre.—Debemos de darnos prisa.

—¿Para qué?—pregunté aún confundida de la situación. Según tenía entendido, la temporada había terminado.

—Olvidé decírtelo. Pero ya levántate, que iremos con la modista a que empiece a diseñar tu vestido de bodas.

¡¿Vestido de bodas?!—¿Enserio?—pregunté algo nerviosa. Qué rápido ocurría todo.

—Así es. Apúrate, que la familia de tu prometido espera también.

No podía ser peor.—¿Su familia?

—Sí, diré que todas.

—Ay Dios mío.—me dejé caer hacia atrás. No quería ver a ninguna de ellas.

—Vamos Camille, levántate.—intervino mi tía, extendiendo su mano hacia mí.—No se ven que sean muy pacientes, además de que no quieres dar la impresión de impuntual e irresponsable.

—Claro que no.—me levanté con pereza y me acerqué a mi mamá.—¿Y mi doncella? Parece que ahora ustedes son mis doncellas.—bromeé, pero dejé de hacerlo al ver las caras de ellas serias.—Lo siento.

Me quitaron la bata, a lo que de inmediato me cubrí con mis brazos, odiaba que otras personas me vieran desnudas, aún fueran cercanas. Me pasaron la ropa interior, la agarré y me la puse de inmediato. Me pasaron el corsé, así que me di la vuelta y me agarré del palo mi cama, para que ajustaran el corsé.

Después de que hubiese quedado lista, me pasaron un abanico y me llevaron a la salida de la habitación. Bajamos las escalera y no dirigimos a la entrada, donde estaba el carruaje listo para ir al centro de la ciudad, donde se encontraba el negocio de la modista.

—¿Qué más nos falta después de allí?—iban hablando ambas acerca de lo que faltaba, pues tres meses después se llevaría a cabo la boda.

—Iremos a ver la joyería, es muy importante Lorraine.—apuntó mi tía.

—Las invitaciones, debemos de hacer una lista de los que asistirán.

—Sí. Camille.—me llamó mi madre.

—¿Sí?—me volteé hacia ellas.—¿Qué ocurre?

—Necesito que le digas a tu prometido que te dé una lista con sus invitados.—dijo mi mamá.—No lo olvides.

—Está bien.—asentí.

—El salón, debe de estar espléndidamente decorado. Tenemos que empezar a buscar las decoraciones...—siguió hablando mi mamá con Caroline. Así que, me di la vuelta de nuevo a la ventana.

Pasaron algunos minutos y llegamos al lugar, donde se encontraba el carruaje de la familia de Damien.

—Buenos días.—bajamos del carruaje y saludamos.

—¿Es una buena modista?—preguntó la señora Thorne, observando el local.

—Oh, claro que lo es. Es de las mejores aquí en Londres.—dijo mi tía.

—Bueno, vamos.

Entramos al negocio, donde nos atendieron de inmediato y nos pasaron a otro salón, donde se hablaría de mis gustos hacia el vestido. Tomamos asiento en los sillones del lugar.