Necesito algo de ti.

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•Narrado por Savanah.
¿Ustedes no odian cuando sienten que todo les sale mal? ¿Cuándo desean cambiar todo y olvidar el pasado? ¿Cuándo no saben que decir en algún momento? Yo lo odio, me siento inservible al pensar en eso. No debí decirle nada a Cameron, pero es que no estoy preparada para nada, aparte él no me dijo que si quería ser algo más suyo. Me estoy volviendo loca, mi cabeza da vueltas y vueltas.

-Señorita Winter, ¿cuál es el resultado?-, pregunta mi profesor de matemáticas.
-Yo... no...-, no sabía de que estaba hablando.
-67, profesor- gracias Alice.
-Alice, sabemos que es muy participativa, pero la pregunta era para Winter no para usted. Winter, se quedará después de clases-.
-Sí, profesor-.
Gracias, pensamientos, dejen de hacer eso. Ni siquiera quiero ver a Cameron... Creo que ya saben que mi suerte no es la mejor, parece que lo invoque con mis pensamientos, ahí está Cameron Mathew con su equipo de americano. Solo me voltea a ver, sonríe, y regresa a lo suyo. Fue una sonrisa sarcástica, como si no quisiera verme, lo cual yo tampoco quería.

•Narrado por Cameron.
Saliendo de nuestro entrenamiento, la vi, tan hermosa como siempre, nuestras miradas se cruzaron, y se me salió una sonrisa involuntaria. Sabía que ella no me quería ver, se notaba cuando se fue a un paso muy rápido del pasillo.
-El Viernes, fiesta en mi casa, lleguen temprano- dijo Richard.
-¿Qué?-, no entendía lo que ocurría, me desvié tanto del tema, al parecer.
-Vamos a hacer una fiesta en casa de Richard, para después del partido del viernes, no digas que lo olvidaste Cameron-, dice Peter, alguien que nunca se pierde de ninguna fiesta.
-No, claro que no. Tengo que hacer unas cosas, ahí estaré-, disimulando que recordaba todo.
Fui a mi casa, vivía con mi madre y mi hermana, tenía que descansar, era miércoles.
Llegue a mi habitación, cerré la puerta, y me acosté en la cama.
Ring-ring, mi celular está sonando.
-Hola, ¿quién habla?-.
-Cameron... po... podemos hablar-, sabía perfectamente quién era, y estaba llorando.
-Claro Savanah, ¿necesitas algo?-.
-Si, ¿puedes venir por mí?-.
-Voy en camino-.
Salí corriendo lo más rápido de mi casa con el carro, ¿qué le habrá ocurrido a Savanah?
Llegue a su casa, eran las 8 de la noche, la luna apenas se podía percibir.
-Savanah-.
-Cameron, no digas nada, nos pueden escuchar-.
-¿Quién nos va a escuchar?-.
-Vámonos, vámonos ya-.
-No, hasta que me digas que ocurre-.
-Por favor, deja tu ego a un lado, esto es importante. Llévame a las costas de la ciudad, donde nadie pueda encontrarnos.-
-Está bien, pero creo que te estás volviendo loca-.
Le abrí la puerta del copiloto. Alguien me voltea y me golpea en la mandíbula.
-¿A dónde llevas a mi chica?-.
-¡NO SOY TU CHICA DEPRADADO MENTAL!- grita Savanah, no conocía al hombre que me acababa de golpear.
-¡SI LO ERES Y ES MEJOR QUE TE CALLES!-.
-Hey, vamos a calmarnos. Si ella dice que no es tu chica, no es tu chica, amigo-, esto se estaba saliendo de control, tenía que decir algo, fue lo primero que se me salió.
-No la llevarás a ninguna parte-, dice el maniático ese.
-Oh, si que lo haré-.
De repente comienzan a sonar patrullas, por todos lados.
-Tienen suerte, pero a la próxima regresare por ti, bebé-, ¿quién era él? Salió corriendo del sitio.
-Vámonos, ya-, dice Savanah, ahora yo tenía muchas dudas.
Conducí, sin rumbo, solo hasta llegar a una costa. La gasolina no me preocupaba, tenía el tanque lleno. El silencio era incómodo.
-¿Quién era él?-, pregunte.
-Larga historia-, dice Savanah.
-Tenemos mucho tiempo-.
-Está bien, te la contaré. Hace algunos años tuve un novio, llamado Luke, Luke tenía unos serios problemas con el alcohol, como mi padre, pero no al grado en el que está ahorita. En ese tiempo le dije que si, porque estaba necesitada de amor, él ni siquiera me gustaba, pero me hacía sentir completa con los problemas que tiene mi padre. Hoy llego, de repente, y toco mi puerta, abrí y por suerte, lo distinguí rápidamente. "Hola, preciosa" fueron sus palabras, al momento reaccioné, "¿qué quieres?" Dije seca y sin humor alguno, "a ti", le cerré la puerta en la cara, tome un cuchillo y te marque. Luego salí, y tú estabas llegando. Me acuerdo que termine con él porque tenía que ir a un psicólogo, pero no iba y eso me estaba afectando. Esa es la historia de Luke y yo. Por eso te marque, fuiste la primera persona en la que pensé- las palabras de Savanah me hacían sentir completo.
-Increíble historia-.
-Gracias, toda yo soy increíble-.
-Nunca pierdes tu ego Winter-.
-Jajaja, ya lo creo-.
Bajamos del coche, teníamos una vista increíble, se lograba ver toda la ciudad con luces y era una escena tan romántica.
-Cameron, gracias, enserio, te debo una-.
-No te preocupes, Savanah. Para lo que necesites-.
-Cameron...- Savanah bajo su mirada.
-¿Sí?-.
-¿Qué es lo que necesitas en tu vida?-.
Estábamos relativamente cerca, no sabía que responderle, la pregunta me dejó atónito, nunca me habían preguntado algo así, o nunca me lo había propuesto.
-Te necesito a ti-.
Dije, y me acerqué para besarla, las palabras me habían salido sin pensar, no sé cómo reaccionaría ella, pero continuó con el beso, no la entendía, ella no estaba preparada y seguía todas mis locuras.
¿Por qué tienes que ser tan perfecta Savanah? ¡¿Por qué?!
Nos separamos al quedarnos sin aire. Sin decir nada, nos leímos la mente, subimos al carro y conduje en rumbo hacia su casa, todo el camino fue silencioso, pero no un silencio incómodo, si no un silencio victorioso.
Llegamos a su casa.
-Winter, te tengo una propuesta-.
-¿Mande?- dijo bajando del carro.
-El Viernes a las 8, lista pasaré por ti. Fiesta en casa de Richard-.
-Cameron, no creo poder-.
-¿Te acuerdas que me debías una? Bueno, me la pagarás, nos vemos-.
Solo vi que Savanah sonrío y entro a su casa.

Eres mi héroe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora