Capítulo 2 | Explicación.

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A L   D Í A   S I G U I E N T E



Jules PDV.

Suspiro nerviosa mientras frunzo el ceño para ver al chico sentado frente a mí como si nada de la noche anterior hubiera ocurrido.

Aún no podría creer que el chico que tengo frente a mí, es Justin. El niño pequeño de las fotos era él, sólo que no es lo que yo imaginaba.

-Tu madre jamás me dijo que ya eras grande. -Hablo cortando el silencio en la sala.

-L-lo sien-to. -Dice nervioso.

-No tartamudees, por favor. -Pido. Él sólo se encoge de hombros y un puchero se forma en sus labios.

¿Quién se cree que es? ¿Un bebé?.

-Enseguida regreso. -Digo levantándome del mueble y caminando a la cocina para encontrarme con Nana.

Agradezco que me detuviera antes de abalanzarme y ahorcar a Justin.

-Debe ser una broma. -Miro hacia Nana mientras me siento en uno de los banquillos de la mesa de mármol. Cubro mi cara con mis manos sintiéndome nerviosa.

-¿Qué sucede, Srta. Jules? -Pregunta Nana.

-Yo.... Dios, la Sra. Pattie jamás me contó nada de que su hijo no es más un niño, si no que es un chico grande ¡Grande! -Exaspero con mis manos-. Además, es raro.

Nana niega con una leve sonrisa. Toma el teléfono de la cocina y marca un número para después extenderme el teléfono hacia mí.

-Creo que mereces una explicación. -Nana me mira mientras escucho como alguien contesta del otro lado de la línea telefónica.

Miro al chico de cabello color castaño-rubio jugar con bloques y carritos en su habitación

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Miro al chico de cabello color castaño-rubio jugar con bloques y carritos en su habitación.

Sigo en estado de shock al verlo. Después de haber tenido unas suplicas de disculpas y más de la Sra. Pattie, sólo para quedarme, acepté rendida.
Dios, no puedo creer que este chico sea el hijo de la Sra. Pattie.
Ahora todo tomaba sentido. Cientos de niñeras no querían cuidar de él porque le tenían miedo. Él era especial.

Justin es un chico autista.

Ahora todo tomaba sentido y empezaba a comprender con tranquilidad el porqué su forma de ser. No me daba miedo, al contrario, ahora sentía una punzada de lástima. Lo poco que conocía del Autismo, me daba una sensación muy triste. No tenía cura pero sí sus tratamientos. Muy pocas personas que padecían esto lograban salir adelante con esta enfermedad.

Dios, pensar que él padecería toda su vida con esta enfermedad me daba una nostalgia y me hacia sentirme mal y no sabía el porqué.

-¿J-Jules? -La inocente voz de Justin me interrumpe de mis pensamientos.

-¿Sí? -Pregunto mirando hacia él.

-Tengo sue-sueño. -Se levanta y sube a su cama en forma de carrito.

Asiento mientras me acerco a él.

-¿Pued-des leer...me un cu-cuento pa-para dormir? -Pide y se acurruca entre sus sábanas.

Asiento nuevamente y tomo uno de sus cuentos de su estantería.

-¿Te parece "Uga la Tortuga"? -Cuestiono hacia él y asiente con una pequeña sonrisa en sus labios-. Entonces será "Uga la Tortuga". -Hablo para mí misma y tomar asiento en una esquina de la cama de Justin.

Me acomodo mejor y carraspeo para empezar.

-¡Caramba, todo me sale mal! se lamenta constantemente Uga, la tortuga. Y es que no es para menos: siempre llega tarde, es la última en acabar sus tareas, casi nunca consigue premios a la rapidez y, para colmo es una dormilona. -Hablo-. ¡Esto tiene que cambiar! se propuso un buen día, harta de que sus compañeros del bosque le recriminaran por su poco esfuerzo al realizar sus tareas. -Minutos más tarde, sonrío para mis adentros cuando estoy llegando al final-. "He encontrado mi felicidad: lo que importa no es marcarse grandes e imposibles metas, sino acabar todas las pequeñas tareas que contribuyen a lograr grandes fines." Fin. -Cierro el pequeño cuento y miro con una leve sonrisa de lado al ver al chico frente a mis ojos.

Su ojos cerrados mientras abraza a su osito de peluche. El ceño fruncido y un puchero formado en sus labios. Un chico tan inocente y tímido ante el mundo.

Suspiro levantándome para colocar el libro en su lugar apagando la luz de la habitación antes de salir y dejar la puerta un poco abierta para dejar entrar algo de luz tal como las indicaciones de Pattie habían sido señaladas en la lista de cuidados.

Una vez que llego a mi habitación, me tiro sobre mi cama, cansada y sin creer aún que ya llevo dos días aquí.
No sé como lidiar con un chico autista y mucho menos tengo idea de lo que pensaría si los demás se llegan a enterar de que estoy cuidando a un chico dos años mayor que yo.

Un chico dos años mayor que yo y que es autista.

Dios, por favor, ten piedad de mí y has que tome conciencia de todo esto haciéndome saber que realmente esté haciendo lo correcto al estar aquí.

Dios, por favor, ten piedad de mí y has que tome conciencia de todo esto haciéndome saber que realmente esté haciendo lo correcto al estar aquí

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A la mañana siguiente, me encuentro en la cocina ayudando a Nona con el desayuno.

-Sigo sin creer lo que Pattie me había ocultado. -Comento a Nana mientras coloco los platos sobre la mesa.

Nana niega con una leve sonrisa en sus labios-. Estoy muy segura que Pattie tenía miedo si te lo decía, pero lo hizo para que estuvieras aquí. Sí, estuvo mal, pero no tenía otra opción. Creo que no te lo contó por el mismo hecho de que si te lo decía, te daría miedo y no aceptarías el trabajo. Además, Justin tiene la mente de un niño pequeño, pero es muy inteligente.

Asiento con la cabeza. Pronto, somos interrumpidas por la presencia familiar de Justin.

Me quedo estática en mi lugar al notar como se acerca colocándose frente a mí y en un parpadear de ojos, unas lindas flores amarillas están en su mano derecha extendiéndolas hacia mí.

-S-son pa-ra ti, hermo-sa Jules. -Dice tímido.

No puedo evitar sonreír levemente y hacer que mis mejillas tomen un leve rubor rosa.

Y me quedo aún más en shock al ver que Justin coloca un rápido beso en mi mejilla derecha para después tomar su asiento correspondiente en la mesa, listo para el desayuno.

¿Qué pretendes, Justin?.


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Inocencia Perdida © | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora