Inocencia Perdida © | TERMINADA

Epílogo | Para siempre.

Epílogo - Inocencia Perdida.

Jules se estacionó aparcando su escarabajo en la playa cuando trajo a Justin por primera vez.

No le importaba ensuciar su vestido de casi cien mil dólares, claro que no. Era un obsequio que su abuela le había dado, después de todo, estaba agradecida, pero eso no importaba ahora.

Su mirada se dirigió a todas partes. Agradeció que no había gente a tal hora. De repente, una sonrisa -que más bien era una mueca- apareció en sus labios cuando vio una figura familiar.

Él estaba justo allí. Su cabello estaba algo alborotado por la leve brisa del mar. Parecía lucir tan tranquilo y sin preocupaciones. Su cabeza estaba agachada y pareciera que estaba haciendo figuras en la arena. Su espalda estaba algo encorvada pero aún así la blusa blanca que llevaba puesta se ajustaba a su cuerpo y le hacia resaltar sus pequeños intentos de músculos.
Parecía que era un chico normal sin problemas en su vida y que no le importaba nada. Daba ese aspecto de paz y tranquilidad.

Jules suspiró y avanzó en la arena alzando el gran vestido -algo pesado- y llegó en silencio hasta él. Justin ni siquiera se limitó a verle. Ni siquiera brincó ante la sorpresa o algo por el estilo.

-¿Puedo sentirme? -Habló la chica cortando el silencio.

La mirada de él subió hasta dar con ella y no contestó. Volvió prosiguiendo haciendo sus dibujos y trazos en la arena, finalmente, suspiró y se encogió de hombros.

Jules hizo una mueca y se sentó a su lado. ¿Acaso estaba enojado con ella? ¿Furioso? ¿Le odiaba por que casi estuvo a punto de casarse con Louis?. No, no tendría porqué estar así porque al final no lo hizo. Ella había dejado plantado a Louis por él.

Si esa no era la manera de demostrarle que le importaba y que le amaba, ¿qué era?.

-Yo.... -Ella empezó habla mientras miraba el mar-. Lo siento ¿bien?. Lamento tanto que hayas sufrido por mí cuando sé que no te merezco en lo más mínimo. -Tragó fuerte.

Justin le miró un segundo mientras uno de sus brazos sostenía su cabeza reposando. Alzó una ceja y siguió con sus trazos. Jules gruñó bajamente, tenía que hacer algo mejor que eso. Tenía que dejarle en claro de alguna manera en claro y que él entendiera que sólo ella quería estar con él.

-Cuando te conocí... Lamento si mi impresión no fue la mejor. Pensé que eras un niño pequeño, no lo sé, seis años tal vez, pero no. Tú madre jamás me lo había dicho, jamás me dijo que eras grande. Me asusté algo. Pero para lo que no estaba preparada era saber que padeces un tipo de autismo desconocido. Eso fue lo que más me asustó, y todo ese susto era porque no tenía experiencia con alguien como tú. No te voy a mentir que me daba pena estar contigo, pero me arrepiento de haber sido así. Fue entonces cuando... -Miró a un lado menos a él-. Empecé a encariñarme contigo. -dijo rendida-. Me resistí a decir que el encariñarme contigo era sólo una faceta más, algo temporal, nada importante. Pero me equivoqué. -Su garganta se enganchó a la mitad y sus ojos estaban pinchando de lágrimas. Justin le miró y le observó hasta que ambos cruzaron miradas-. Me enamoré de ti, Justin Bieber. -Una lágrima rodó por su mejilla-. Me enamoré de un chico lindo e inocente. Un chico tierno y tímido ante el mundo. Un chico diferente a lo que yo conozco. Eres una persona que no se compara con nada ni nadie. Eres único. Adoro todo de ti porque no eres codicioso o no piensas tanto en ti mismo. Te preocupas por todos a tu alrededor y sólo quieres que todos sean felices. Eres el ser humano más maravilloso que puede existir y el hecho de conocerte me siento afortunada de tenerte. -Más lágrimas empezaron a caer de sus mejillas-. Me gustaría escaparme contigo e irnos lejos porque te quiero para siempre, y no me importa lo que los demás piensen de eso. Eres alguien quien se robó mi corazón sin comprarme con cosas, te ganaste mi corazón por ser como eres. -Le tomó de las manos y entrelazó éstas-. Y si te pierdo... no sé qué sería de mí. -Megó con la cabeza y cubrió su rostro para después empezar a llorar cansada por toda la situación que le abrumaba.