Capítulo 4 | Monstruo.

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Jules PDV.

Sonrío al ver como Justin juega con sus barquitos y patos de huele a la vez que yo intento colocar el champú en su cabello.

-Justin, quédate quieto un segundo, de no ser así, podría caerte el líquido del champú en tus ojos. -Digo riendo mientras él tararea canciones inventadas por su parte.

Una vez que se queda quieto, enjuago su cabello a la vez que doy leves masajes en su cuero cabelludo.

-Tienes un lindo cabello. -Hablo sin pensarlo.

Justin mira hacia mí por unos segundos y su sonrisa deja ver unos adorables hoyuelos.

Sin embargo, mi mirada se dirige a una cicatriz cerca de su hombro derecho. Él parece notarlo y se tensa un poco.

-Hey.... ¿Qué te pasó? -Señalo a su cicatriz.

Justin agacha la cabeza y niega rápidamente, abrazándose a sí mismo y pegando sus rodillas a su cuerpo.

-Mi.... pa-pá... -Suspira y un puchero se forma en sus labios.

Me agacho un poco al tamaño de la bañera y acercándome a él para ver mejor.

-¿Te hacia daño? -Susurro preguntándole con cautela.
No quiero que piense que soy una entrometida, pero una mínima y pequeña parte de mí, ya estaba tomándole importancia a Justin.

Él asiente lento-. Él... decía qu-e-e no soy s-su hijo y que debe-bería es-estar muer-to... -Mis cejas se alzan ante sus palabras y no puedo evitar cubrir mi boca con una de mis manos-. Me pegaba... -Logró articular antes de que su labio empezara a temblar y las lágrimas se acumularan en sus ojos-. Soy un mons... monstruo.

Ahora era yo quien sentía las lágrimas pinchar mis ojos.
¿Cómo una persona tan cruel y sin corazón alguno podría herir a un chico como Justin?. Lo que más me desagrada de esto, es que él es autista, y probablemente el hecho de que su padre -ew- lo maltratara, Justin tendría algún trauma, un trauma que lo marcaría para siempre. Esto era muy difícil.

Coloco mi mano en su mejilla derecha con cuidado, de que no tuviera miedo de mi toque-. Lo siento, mucho.

Él se queda tranquilo sin decir una palabra hasta que decide hablar-. ¿P-Por qué, hermo-sa Jules?.

Suelto una pequeña risa baja al escuchar como me nombra-. Tú eres un chico muy lindo, te mereces lo mejor. Y por eso, te considero de ahora en adelante, mi mejor amigo. -Le regalo una sonrisa cálida.

Los ojos de Justin parecen brillar al escuchar la última palabra. Amigos. Él y yo.

-Vamos -digo levantándome-. Dejaré que te seques y vestirte para después dormir. Te contaré un cuento. Mañana será un día especial.

-¿Es-peci-al? -Pregunta con el ceño fruncido.

-Sip. -Hablo haciendo que la "P" suene bastante fuerte.

-¡Especial! -Sonríe y alza los brazos como un niño pequeño en navidad cuando recibe su regalo.

Salgo del baño de su habitación para empezar a buscar su pijama. Inocente como un niño, pienso mientras niego con mi cabeza y una sonrisa se planta en mis labios.

 Inocente como un niño, pienso mientras niego con mi cabeza y una sonrisa se planta en mis labios

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-Entonces.... ¿Está bueno? -La voz de Ginger del otro lado de la línea hace que ruede mis ojos cansada.

-¡Ginger! -Siseo-. Basta, no es un juego.

-Oh vamos, Hermosa Jules. -Dice tratando de imitar la voz de Justin. Niego con una sonrisa.

Agradezco que Justin ya estaba dormido. El día no había empezado muy bien. El desayuno fue extraño, Justin estaba un poco más infantil de lo normal y en la cena, no quería comer, así que le propuse, que si comía, habría postre -helado de yoghurt-, se había comido la mitad de su comida pero al menos ya era un avance. Sin embargo, todo terminó tranquilo y estaba contenta.

Ahora me encontraba en mi habitación, hablando con Ginger sobre todo lo que me estaba sucediendo.

-Oh... ¡Hermosa Jules! -Una estruendosa risa se escuchó de su parte.

-Oh cállate. -Niego.

-De acuerdo.... me calmo. -Suspira-. ¿Y qué tal está? ¿Ya lo viste bien? ¿Usa pañales? ¿Lo cambias tú?.

Junto mis labios haciendo una mueca disgustada ante sus preguntas incoherentes-. No. -Tomo asiento en una esquina de mi cama-. Verás, Ginger. Un chico autista no siempre pensará como un niño, bueno, no lo sé, quizás sí. Justin es.... diferente, supongo. Es extraño pero al mismo tiempo causa ternura. No estoy muy acostumbrada a esto, vamos, todos los niños anteriores que he cuidado no son como él, son... normales, por así decirlo.

-Ya..... -Dice cansada-. Pero enserio ¿está guapo? ¿sabes su edad?.

Me sorprendo. No sé la edad de Justin-. Uhm... no, realmente se me ha pasado preguntarle cuantos años tiene. -Respondo-. Y sí, es lindo, demasiado para ser verdad.

-Uuuuuuuu.... -Ginger silba-. No me quiero imaginar tú cayendo enamorada de un chico guapo que es autista. Si Louis se entera, sería capaz de matarlo.

-¡Ginger por favor! -Siseo algo furiosa.

-¿Qué? Tú misma lo has dicho, es lindo, inocente, tranquilo... una criaturita del señor. -Puedo sentir como sonríe.

Cubro mi frente con una de mis manos-. Hablamos luego. Descansa. -Digo cansada.

-De acuerdo, hermosa Jules, descansa. -Se despide antes de que le cuelgue.

Coloco el teléfono en su lugar y me recuesto en mi cama mirando hacia el techo.

¿Enamorada yo? ¿De Justin? Jamás.

Me parecerá lindo, inocente, tierno, amable... Tendrá una linda sonrisa encantadora, unos ojos mieles preciosos... y más.
Pero jamás me podría enamorar de él.

Mucho menos cuando nuestros mundos no encajan.

No. No se puede enamorarse de él. Jamás.


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Inocencia Perdida © | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora