Capítulo 9 "Faro de Luz"

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Las semanas seguían pasando. Ciudad Striaton seguía tan igual, con su lluvia y calles mojadas, como siempre. Dawn sentía su corazón más ligero y con ganas de seguir avanzando. No sabía cómo explicar la felicidad que en esos momentos la embargaba. Se limitaba a sonreír como idiota al pensar en su vida, en su trabajo, en sus amigas, en Cilan. Cuando ese pensamiento cruzó su mente, el corazón comenzó a latirle con fuerza. Se sonrojó al máximo, por lo que tuvo que llevar sus heladas manos a las mejillas que estaban encendidas al rojo vivo.

― ¡Dawn! ¡El pedido de la mesa 5 está listo! ― Gritó Chili desde uno de los extremos de la cocina. La chica se sobresaltó.

― ¡Ya voy! ― Dijo está, saliendo de su trance.

Los días en el restaurant habían estado muy pesados. Incluso Serena, que siempre estaba con una sonrisa de oreja a oreja, gritaba y se enojaba por todo. Los clientes entraban y salían como si no tuvieran otra cosa que hacer más que comer. Los horarios de colación se habían reducido, las personas corrían de un lugar a otro para cumplir con los tiempos. Cuando las puertas del restaurante se abrieron nuevamente, un quejido multitudinario de todo el personal se hizo sentir.

― Buenas tarde señores, aquí les dejo las... ― Dawn dejó de hablar al ver a quienes estaba atendiendo ― ¿Ash? ¿Eres tú?

Allí, frente a ella se encontraba el azabache con su característica sonrisa. Lucía completamente diferente a como lo recordaba de la última vez que lo vio. Estaba con la mirada algo cansada, su cabello estaba más largo y su sonrisa más madura. Rápidamente este se puso de pie y alzó a su amiga por los aires. Todos miraban la escena, asombrados y felices. Incluso el acompañante de Ash se limitó a sonreír en silencio.

― No sabes cuánto me alegra verte Dawn ― Dijo Ash sin dejar de sonreír ― Te ves más radiante que antes.

― Ash, amigo. ¡Qué alegría! ― Dijo aquello antes de separarse de él y mirarlo de forma feliz ― Me encuentro perfectamente gracias a Serena, a ti. ¿Cómo has estado?

― Excelentemente bien. Brandon sabe que esto es nuevo para mí, por lo que me da mis momentos de descanso ―. Lo último lo dijo de forma irónica, mientras veía a la persona en cuestión.

Brandon parecía no cambiar con el paso de los años. Allí estaban su mirada afilada y su ceño fruncido todo el tiempo, justo como lo recordaba. De cierta forma, al mirarlo, no pudo evitar pensar en Paul. Siempre había dicho que ellos dos eran casi idénticos.

― Brandon, lo siento ― Se disculpó la peli azul al no tomarlo en cuenta oportunamente ― Es un gusto tenerte aquí.

― Descuida Dawn, para mí también es un placer verte ― Sonrió al final.

Después de tomar las órdenes de ellos, se dirigió feliz a la cocina en busca de su amiga. Esta estaba lavando algunos platos a la vez que maldecía lo mandón que se había puesto Chili. Cress estaba en la zona de repostería y Cilan estaba fuera de la cuidad por lo que el pelirrojo era quien se encargaba de dar órdenes. Dawn miró a su amiga feliz y se acercó para hablarle.

― Serena, hay una sorpresa afuera para ti ―Sonrió de la forma más dulce que pudo.

― ¿Sorpresa? Sí, cómo no ― Dijo la peli miel, terminando de lavar ― Menos mal que mi turno acabó. Al fin podré ir a casa y dormir toda la tarde.

― Yo que tú iría afuera. De verdad hay una sorpresa para ti.

― Dawn, no estoy para tus... ― La joven observó por la puerta al azabache reír con Brandon ― bromas ― Se congeló.

Open arms [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora