Capítulo 14 "Relato"

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Serena se dirigió a toda velocidad a abrir la puerta, encontrándose con un guapo Cilan que le sonreía cariñosamente. Vestía pantalón oscuro al igual que sus zapatos, playera blanca y sobre esta, un chaleco café claro. A la peli miel le resultaba un tanto extraño ver a su "jefe" luciendo así de informal. Sonrió ante ese pensamiento, intentando imaginar la cara que pondría Dawn al verlo.

―Buenos días Serena ―saludó el peliverde.

―Buenos días Cilan ―devolvió el saludo la chica―. Pasa por favor. Dawn estará lista en unos minutos.

Cilan tomó asiento en el living, mientras esperaba a la peli azul para su cita. Mientras tanto, esta última intentaba, en vano, acomodarse el peinado tan elegante que su amiga le había hecho. Este consistía en un gran moño elevado que dejaba caer uno que otro rizo bien hecho. El peinado le daba luminosidad a su rostro, cosa que le hacía bastante falta, sobre todo cuando había despertado tan temprano. Su vestimenta consistía en un vestido de manga larga añil, apegado al cuerpo, medias oscuras y botines azul oscuro.

―No sé para qué te arreglas tanto el peinado ―dijo Serena, quien entraba recién a la habitación―. De todos modos la lluvia que caerá terminará por arruinarlo.

―Muchas gracias por darme ánimos ―dijo con un sarcasmo notorio.

―Para eso somos las amigas ―sonrió la peli miel―. Creo que ya es suficiente. Cilan está afuera. Toma tu cartera y tu abrigo, y procura llegar lo más tarde posible.

Dawn miró a Serena, queriendo saber qué se traía entre manos, hasta que vio una sonrisa maliciosa en sus labios. Entonces, lo comprendió todo.

―Déjame adivinar: ¿Ash vendrá a verte?

―Así es.

La peli azul volvió a sonreír, pero esta vez, salió de la habitación para encontrarse con su amado. Cuando sus ojos se encontraron de repente, una descarga eléctrica pareció paralizarlos. No esperaron más tiempo para abrazarse y compartir un beso tan casto y puro que Serena fotografió. Rápidamente, Dawn se separó de Cilan completamente sonrojada, mientras el chico se dedicaba a sonreír nerviosamente.

―Que pasen un hermoso día y, lo demás, ya lo saben ―dijo la peli miel abriendo la puerta del departamento.

―Vaya, sí que tienes prisa ¿No? ―dijo Dawn con una sonrisa pícara―. Le das nuestros saludos a Ash.

―Claro.

Cilan tomó la mano derecha de la peli azul para encaminarla hacia el ascensor. En su interior, se dejaron llevar por la musiquita tan característica que acompaña las subidas y bajadas de las personas. Al salir del gran edificio, vieron el auto gris del peliverde, aparcado en frente. El cielo estaba tornándose grisáceo, por lo que la lluvia no tardaría en aparecer. Durante el trayecto en automóvil, el silencio pareció ser el gran protagonista entre los jóvenes. Su declaración, su primer beso y primera caricia habían sucedido tan rápidamente que, tal vez, seguían un tanto pasmados.

―Creo que lo de ayer fue algo precipitado ―comenzó a decir el peliverde.

―Creo que las cosas pasaron, porque tenían que pasar ―respondió la joven―. Sentimos que había que hacerlo, y pasó.

Aquellas palabras tranquilizaron al chico, que se limitó a sonreír feliz antes de aparcar frente a un restaurante. Este era muy elegante y perfecto para almorzar. La joven perdió su vista en los grandes ventanales y las personas circular en su interior, y podría haber seguido observando si no fuera por Cilan, que se encontraba extendiendo su mano para ayudarla a bajar del auto. ¿En qué momento el peliverde salió de su lugar para abrirle la puerta y ayudarla a bajar? Cilan estaba lleno de sorpresas.

Open arms [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora