Capítulo 3 "Lluvia"

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Pasaron días en los que Dawn no comió; ni siquiera tuvo ganas de darse una ducha. Lo único que deseaba con todo su corazón era sentirse segura en la ciudad que había escogido. Así fue como una mañana la peli azul bajó del avión que había tomado en ciudad Petalburgo, encontrándose con las negras nubes que adornaban ciudad Striaton. Las personas que por allí transitaban intentaban que el viento no les arrebatara sus paraguas. La lluvia, aunque tranquila, parecía no querer detenerse. Fue ahí donde recordó las palabras de Serena.

― "Desde un incidente que ocurrió hace años en donde el extinto Equipo Plasma tuvo mucho que ver, el clima de la región Unova cambió tan drásticamente que ciudad Striaton se volvió la ciudad más lluviosa de la región. Aprenderás a vivir con el cabello estropeado, ya que pocas veces alumbra el sol..." ― Fue lo que dijo la peli miel.

Allí estaba la ex coordinadora junto a su maleta y una cartera en medio de una ciudad totalmente desconocida para ella (Bueno, tal vez no tanto). Durante el rato que caminó buscando el departamento de Serena con un improvisado mapa dibujado en una servilleta, se limitó a conocer un poco más de cerca su nuevo hogar. Chocó con muchas personas al ir tan sumida en sus pensamientos. Quería descansar y dormir, pero también quería comer, así entró sin más a un pequeño local y compró variadas cosas.

Una hora más tarde llegó al departamento de su amiga. La lluvia había aumentado tan súbitamente que no tuvo oportunidad de protegerse del agua con un simple paraguas. Las gotas de lluvia helada escurrían por sus cabellos y su ropa que estaba lejos de ser impermeable. Al abrir la puerta se encontró con un pequeño departamento hermosamente decorado. En las paredes había variadas fotografías se Serena junto a sus amigos, en especial Ash. En realidad la mayoría de las fotografías eran de ella junto a Ash. Dawn se dejó hacer en el suelo y revolvió la bolsa de comestibles que había adquirida en la tienda, sacando de ella una gran botella de vodka. Con miedo retiró la tapa y tomó un sorbo: sabía horrible.

― Paul ― Dijo la peli azul, sacando una fotografía del chico y ella para colocarla en frente ― ¡Eres un maldito bueno para nada! ― Gritó mientras reía ― Eres un estúpido, un maltratador, un monstruo...

No lo soportó por más tiempo y comenzó a llorar con más intensidad que la lluvia que caía afuera. Siguió bebiendo de la botella y aunque no le gustara el sabor sabía que aquello le ayudaría a olvidar, aunque fuera por unos minutos, el maldito sufriendo que estaba cargando en sus hombros. Siguió bebiendo mientras comenzaba a destrozar la fotografía lentamente. Las lágrimas se habían unido a lo mojado de sus ropas y sus mejillas a enrojecerse por lo ebria que se estaba poniendo. Se emborracharía para olvidar... Se supone que ella no es ni la primera ni la última en hacerlo.

A kilómetros de distancia, Ash y Serena ya habían llegado a Pueblo Paleta. El chico jugaba con su Pikachu, mientras esperaba que empezara una película en la televisión. Por su parte, Serena se dedicaba a marcar el número del nuevo celular de su amiga. Este parecía estar apagado y eso era lo que tenía a la peli miel con los nervios de punta.

― Dawn no contesta ― Dijo Serena volviendo a marcar el número ― Ya pasó una semana desde que se fue y todavía no se comunica con nosotros.

― Tranquila, todo estará bien ― Dijo Ash, poniéndose de pie ― Además estamos hablando de Dawn: "No hay de qué preocuparse" ¿Recuerdas?

― Y también recordarás que cuando dice que no hay de qué preocuparse es cuando más nos preocupamos ― Dijo la chica dejando su celular de lado.

― Lo importante es que Paul no sepa dónde está.

― Aun no entiendo por qué la quiere encontrar después de lo que pasó.

― Así es Paul, siempre quiere conseguir lo que desea y en estos momentos la desea a ella.

Serena miró al chico de forma preocupada. No veía con malos ojos partir al día siguiente hacia ciudad Striaton para verificar que Dawn estuviera bien, pero tampoco lo era el quedarse junto a Ash, solos, en su casa viendo películas. Aquella oportunidad era única para compartir con él y tal vez, quién sabe, declararle sus sentimientos.

Horas más tarde, Dawn abrió los ojos pesadamente. Sentía que su cabeza era piedra y que se tambaleaba con facilidad. Su cuerpo también pesaba. La fotografía yacía completamente rota en un extremo del piso y la botella de vodka estaba en su totalidad vacía en el otro. Aún seguía ebria; lo podía notar al ver sus torpes pies intentando caminar. Por esa razón decidió sacarse la ropa y dirigirse al baño. Tomó una ducha de agua helada mientras escuchaba la música de su celular. No sabía cuánto tiempo estaría en ese estado, pero no podía seguir permitiéndose aquellos comportamientos tan infantiles.

Salió de la ducha y caminó desnuda por el departamento en busca de su maleta. Las cortinas de los ventanales estaban corridas por lo cualquier pervertido podía estarla mirando, mas eso no le importó. Se vistió y peinó de forma decente para dedicarse a limpiar el departamento y poner en orden la que sería su habitación. Pronto buscaría un trabajo y arrendaría su propio lugar para no molestar a su amiga. Ella ya había hecho demasiadas cosas en nombre de su bienestar.

Una vez todo estuvo listo, buscó algo de lo que había comprado para comer, pero esto no fue suficiente. El frío que sentía calaba sus huesos y además ya no quedaba café o azúcar para tomar algo caliente por lo que decidió salir a buscar un lugar donde comer y después iría a hacer las compras. Caminó sintiéndose completamente perdida. El abrigo que escogió esta vez apenas la protegía del frío y el paraguas intentaba darse vuelta a cada minuto por culpa del viento. Si no encontraba un lugar rápido quedaría nuevamente empapada.

― 6 de la tarde ― Dijo Dawn mientras veía la hora en su celular ― 6 de la tarde en el resto del mundo, pero aquí es como si fuera media noche.

Y era cierto. Por las condiciones del clima, las calles parecían estar en completa oscuridad si no fuera por las luces del alumbrado público y las tiendas que, a esa hora, estaban atestadas de gente.

Después de tanto caminar, la chica encontró un lugar finalmente. Sus piernas ya no podía seguir caminando y sus ojos parecían querer cerrase. El alcohol todavía seguía teniendo un efecto en la chica, aunque fuera mínimo. Toda esa mezcla de cosas la llevó a querer entrar en "Le Cigale", un restaurante elegante y bastante concurrido, aunque lo que más le llamó la atención fue el símbolo que tenían todos los gimnasios de las ligar Pokémon en la parte superior de este.

― Es enorme ― Susurró la chica ya en el interior de este.

Se vio en un lugar aún más elegante y repleto de mesas llenas de personas que parecían disfrutar lo que estaban comiendo. Un sinfín de camareros atendían las mesas. El olor que salía de estas era apetitoso.

― Disculpe señorita, ¿Busca a alguien? ― Dijo un joven a espaldas de la chica.

Dawn comenzó a girarse lentamente, mientras sonreía. Cuando se giró por completo jamás pensó en encontrarse con una cara tan familiar. Se sorprendió al ver al chico frente a ella y él se sorprendió aún más.

Tal vez esa era la razón por la que ciudad Striaton le resultaba medianamente conocida.


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Hola a todos. Aquí termina el capítulo 3.

Si les gustó no olviden comentar, votar y recomendar el fic con sus amigos.

También los invito a leer mi otro fic de Pokémon "UNA LUZ EN EL BOSQUE". Los capítulos están cada vez mejores.

Nos leemos en el siguiente capítulo.

Sayonara :)

Open arms [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora