"Y los mordedores se asesinan"

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– Señor, despierte... ¿Señor?

Bill levantó la cabeza lentamente, vio los cuerpos a su alrededor, cadáveres de muchos caminantes y algunos de sus amigos. Ash y Warren estaban ahí. Ash tenía el pecho abierto y la sangre estaba presente en charcos por todo el suelo. Warren no tenía parte de su zona abdominal, puesto que los mordedores se habían comido casi la mitad de su cuerpo. Había llamas por todo el gimnasio, y aún quedaban caminantes vivos.

– Señor, Bill... ¡Bill! Despierta.

Este miró a Kane, aliviado por encontrar a un miembro de su grupo. Kane lo ayudó a levantarse y vio que el estudiante tenía una mancha de sangre en la espalda, se le notaba por la sangre que manchaba la camisa, y además, la camisa estaba rota en esa parte.

– Kane, ¿te mordieron?

– No es nada, solo vámonos, los demás están afuera esperándolo, señor.

Bill y el chico empezaron a caminar, Kane se quejaba por el dolor de su herida en la espalda. El soldado no recordaba nada de lo que pasó. No se atrevió a preguntarle a alguno de sus amigos, pues no quería quedar como idiota. Su reputación había bajado después de encontrar a Kane deambulando por toda la escuela.

– ¿Ahora que hacemos, Bill?

– Sé a donde ir, sólo síganme.

Bill se dirigía al pabellón, ese gran salón donde había una escalera rumbo a los camarines. Pero no cualquier camarines, los del gimnasio número dos. Todos se miraron extrañados ante el caminar de Kane, ya que este cojeaba y se quejaba a cada segundo.

– Vamos, hay que subir por aquí – Ordenó Bill.

– Señor, ¿Por qué vamos hacia allá?

– Tengo unos amigos que me deben una.

Subieron por las escaleras al pasillo de las artes, caminaron por unos seis metros hasta que encontraron el acceso a los camarines de hombres. Abrieron la puerta y subieron hasta el gimnasio número dos. Al abrir la puerta del gimnasio, se encontraron con la cancha sin vida, la superficie estaba vacía. No había ningún alma en ese lugar. Habían abandonado aquel sitio donde quedarse. Bill se sintió traicionado, y su ser se llenó de rabia. Sus aliados lo defraudaron y solo quería despedazarlos.

Pero de pronto, Kane cae de rodillas. Nadie lo ve, mientras este cae inconsciente al suelo. Bill miró a su alrededor, era de noche. La luz de la luna entraba por las ventanas del gimnasio e iluminaban un poco la superficie.

– Pasaremos la noche aquí, pues aún quedan algunas colchonetas – ordenó el soldado.

– Señor... ¿Esperaba que alguien estuviera aquí?

– No... Ahora, Gregory y Jim, ¿Tienen comida?

– Negativo, señor – Informó Jim, mientras daba vuelta su mochila – Solo tengo dos cuchillos y unas cuantas balas.

– Bill, todo se perdió. Estamos solos y desprotegidos.

– No importa, solo durmamos y mañana nos encargamos de buscar provisiones.

Gregory le tira una barra de cereal a todos los miembros del grupo.

– Parece que fui el único que se anticipó a esto – Suspiró este mientras le tiraba una barra a Bill.





– Señor, ya sé cual es la causa de la gran concentración de mordedores – Informaba Warren.

– Te escucho.

– La sección superior se abrió y la barricada cayó.

Volvióse Bill a Warren, su expresión era de rabia y frustración. Luego, sin pensarlo, tomó su un hacha y salió del gimnasio. Abrió la reja con su respectiva llave y se lanzó contra todo el montón de errantes. Les daba en la cabeza, partes de su cráneo y restos de su cerebro salían volando por los aires, como plasticina empapada en sangre.

Warren avisó a todos los otros y salieron con cuchillos y armas para ayudar a su cabeza de grupo. Dieron una gran batalla, pero lastimosamente eran demasiados. Larry fue mordido en el cuello mientras otros caminantes degustaban el sabor de la carne fresca y viva de este. El grupo retrocedió y se refugió en el gimnasio.

Desgraciadamente, mientras Ash cerraba la puerta, esta fue abierta por la masa de mordedores. Ash fue empujado por la puerta, mientras rodaba por una pequeñas escalinatas. Y ahí, los demás empezaron a contener a los caminantes.

– ¡Bill, necesito munición! – Gritaba Ash.

– ¡Estamos cagados!

Bill no hacía caso, estaba enojado, pues la barricada la había construido él. Y nadie lo había ayudado, por lo cual se sintió muy frustrado y se enojó demasiado.

Hasta que Kane apareció y avisó a todos que se alejaran del centro y se subieran al escenario. Hecho eso, sacó una caja y la abrió. Sacó granadas de estas y se puso unos audífonos a prueba de sonido y le facilitó una a cada uno de los miembros. Los demás agarraron una granada y empezaron a arrojarlas a los caminantes.

Era toda una carnicería, los restos de los putrefactos cuerpos salían volando como pedazos de maniquíes. La sala se tiñó de rojo y los sonidos retumbaban muy fuerte, y en un instante, una explosión dejo sordo a Ash, a quien le dolió la cabeza y se cayó del escenario. Los caminantes se acercaron a él y lo atacaron, perforándole el pecho para comer su sabroso corazón. Luego Warren bajó del escenario y con su rifle SCAR empezó a disparar a todos los mordedores. Pero no se fijó en uno y lo derribó. quedando a merced de casi una docena de caminantes que empezaron a comerlo vivo. Pero aún quedaban al menos unos veinticinco mordedores.

Cuando de pronto, aparecieron los que salvaron la vida de casi todos. Matt y su grupo. Combatieron a los caminantes y socorrieron a los miembros del grupo de Bill. Pero este estaba muy furioso, tanto que empezó a masacrar a los caminantes ya muertos. Los golpeaba sin parar, hasta que estos llegaban a estallar de los golpes del garrote del soldado.

– Hey, amigo, cálmate... –Dijo Matt, con miedo a acercarse mucho a Bill.

– No me vengas a mandar, menos si eres menor que yo – Respondió enojado Bill.

– Es en serio Bill, asustas a los demás.

El soldado se volteó hacia los otros y vio como todos lo miraban extrañados. Sin embargo, él seguía con su mal genio.

– ¡Paren de mirarme así!

– ¿Necesitas ayuda? –Preguntó Harry, tocándole el hombro.

Pero de pronto, algo derribó a Harry... El puño de Bill.

– No... me toques... –Dijo en modo amenazante el soldado – Sé que me comporto raro pero quiero que sepan que...

Bill se vio interrumpido debido al golpe que Matt le asestó en la nuca. Bill cayó como mosca al suelo y le avisó a los demás que se iban. Pero el grupo del soldado lo entendió de otra manera. Lo que en realidad Matt había dicho, era que cambiarían de ubicación. Mas nadie lo pensó así.

Y se retiraron, dejando en plena madrugada a los del grupo de Bill.





–¡Ahhh! –Gritaba Gregory.

Bill se levantó de inmediato, se fijo que había amanecido, pero miró al lugar proveniente del grito y se dio cuenta de lo que en realidad estaba pasando. Observó a un caminante mordiendo a Gregory en el cuello. Cuando de pronto una bala le impacta la cabeza, la pistola de Jim había disparado. Ahora solo quedaban tres. Pues Kane se había convertido.

Bill se acercó al cadáver de Kane y se molestó más de lo que ya estaba.

– Hijo de puta... –Susurró para sí mismo Bill–¡HIJO DE PUTA!

Bill cayó de rodillas y con sus apoyó los antebrazos en el suelo, maldiciendo su vida y la de Kane... y la del grupo de Matt y la de todos.

The dead is alive!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora