"Y los humanos se asesinan"

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– Señor, están adentro...
– Prepara el rifle francotirador.

Obedeciendo, Fred cargo el rifle y apuntó a la ventana, en la sala de profesores se veía una silueta, el cristal estaba roto, por lo cual no se distinguía muy bien quién era. Pero Fred sabía que aquello que estaba haciendo estaba mal, solo que... el hecho de contárselo a su jefe, provocaría que este se enoje.
Haciendo que lo cuelgue de los testículos.

– ¿Que esperas Fred?... ¡Hazlo!

Bill lo regañaba, Fred suspiró y contuvo la respiración, y delicadamente, apretó el gatillo. Un sonido de arma sin silenciador se escuchó.

– Ay, vamos... pásame la miel – Suplicaba Keyla, quien estaba sentada esperando que Lane le pasara una deliciosa miel en bolsita.
– Espera – La era el único que estaba parado de su grupo.

Lane abrió el sobre y chupó un poco de miel, luego, con una servilleta, limpió la zona donde puso su boca y se lo pasó a Keyla.

No pasaron más de cinco segundos cuando un objeto impacta a Lane en el pecho, la sangre salta y salpica a Keyla, que estaba a su lado.

Luego miles de balas rompen los vidrios y los vuelan en mil pedazos, impactan en la pared de la sala.

– ¡Rápido, todos abajo! – gritó Matt.
– Saquen sus armas.

Y todo el grupo se agachó, las balas chocaban con las mesas y hacia que salieron trozos de madera por los aires. Era un completo caos, estaban siendo atacados por sus aliados.

Los mismos que habían ayudado aquella noche, los estaban intentando asesinar.

Matt, quien muy valiente se levantó, disparó al aire, luego se cubrió con unas mesas, al lado de Rin, intentando protegerla. Seguido de Harry, se levantó y disparo contra una silueta que se alcanzaba a ver, le impactó a Fred.

Luego Rin, se levantó y lanzó una serie de balas y todas fallaron, menos una que impactó contra el otro enemigo. Le dio en la cabeza.

Bill al ver a sus dos reclutas muertos, recargó y se acercó a la puerta, acto seguido la derribó y la echó abajo con una increíble patada. Se acercó a una cobertura y permaneció ahí.

Keyla se levantó e intentó darle a Bill, pero este se le adelantó y le dio con tres balas en el abdomen. Cayó al suelo con mucho dolor y sangre.

Matt ya no se contenía mas, se levantó y empuñó su arma y echó su vida a suerte.

Balas le rozaban el cuerpo, pero a él no le importaba. Apuntó con su revolver a un lugar cualquiera de la mesa y disparó. Saltó sangre por todos lados. Pues la bala había impactado en la cabeza del último enemigo.

Matt se arrodilló y quedó pensante, no podía evitar pensar en aquella persona que había matado.

– Matt... ¡Matt! – Gritaba Rin, mas no respondía.

Matt tenía la mirada perdida, había prometido para si mismo nunca matar a nadie, pero era tal el odio que le tenía a Bill, que no logró contenerse y decidió acabar con su miserable vida.

Hasta que Rin lo cacheteó, este sintió el golpe y reaccionó. Se levantó de inmediato y miró a su amiga.

– ¿Estás bien? ¿Te hizo daño?
– No, Matt, tranquilo.

Acto seguido, la abrazó y ella le correspondió. El abrazo duró unos segundos hasta que escucharon los gemidos de Keyla.

The dead is alive!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora