Experimento

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10 de Diciembre del 2017.

«Han pasado cinco meses desde el incidente de las ratas y no ha vuelto a repetirse ningún otro hecho similar. Las cuatro sobrevivientes parecen sobrellevarse sin ninguna anormalidad. Aunque ya logramos detectamos al "líder" al que llamamos SUJETO ALPHA y quien manifiesta una sobrada inteligencia por sobre las demás. La doctora Davis está abocada a descubrir lo que encierra este "liderazgo" o estructura social en nuestros sujetos, así como la evolución actual de su psicología.

En cuanto a Kai y Atlas mantienen un crecimiento equilibrado en todo sentido, pero sin ningún episodio o incidente anormal que mencionar. Kai ya entró en la pubertad, con todos los cambios corporales y psicológicos que esto conlleva. Calculamos que su edad biológica actual está entre los 13 y 14 años, se aprecia bastante porque su estatura y contextura muscular ya presenta cambios muy evidentes, me ha tocado en menos de dos meses comprarle zapatos y ropa en tallas mayores. Con todo, sigue siendo un buen chico y su inteligencia nos sigue sorprendiendo. Estamos incluyendo ahora una rutina de ejercicios físicos dentro de su día a día para analizar también la resistencia, fuerza, destreza y agilidad de los individuos A.D.A.N.

Como ha sido desde el inicio, la curiosidad y la imperante inquietud por descubrir y comprender el mundo que le rodea, es la prioridad de Kai; aunque ahora, como todo pre-adolescente manifiesta mucho más su carácter y emociones. Tiene hobbies, a veces se muestra un poco perezoso en cumplir con ciertas actividades "que le aburren", y sigue siendo un gran fanático de los superhéroes y las películas acción de Hollywood. Aunque también sigo siendo el centro de "su apego emocional". En sí nuestra relación ha mejorado bastante y confieso me ha ayudado también a lidiar con mis propios problemas...»

—¡Oskar! ¿Ya terminaste de...? Lo siento...

—Tranquila, Becky. Ya había dejado de grabar.

—Entonces sube a almorzar. Tienes que probar la comida, ¡le quedó exquisita!

—¿Kai cocinó otra vez? Debería estar resolviendo los ejercicios del cuestionario que le dejé...

—¡Ya! Los hará en menos de lo que tú tardas preparando el cuestionario. Sabes que hay cosas que le entretienen más que otras, no puedes culparlo por eso.

—¡Lo estás "malcriando" demasiado, Becky! Lo primero es que cumpla sus responsabilidades.

—¡Y tú deja de sofocarlo! ¡Relájate! Es un niño obediente y adorable, crece muy rápido y debes dejarlo que también disfrute sus etapas haciendo las cosas que se suponen hacen los chicos de su edad. Tendrá muchos años de vida para ser adulto, pero muy pocos meses para ser niño...

—¿Ves? Ya vienes tú a manipularme con tu "psicología".

—No necesito manipularte, sabes que tengo razón...y al final, así no lo admitas, tú también consientes a Kai. ¿O no vas a llevarlo al partido de los Mets el sábado?

—Eso es...diferente. Es un estímulo positivo para que mantenga su buen comportamiento.

—Sí, claro, Oskar..."me convenciste".

Cuando llegaron a la cocina se sentaron a la mesa y Kai empezó a servirles muy sonriente. La comida se veía deliciosa y estaba presentada como si fuese del mejor restaurante de la ciudad, "perfecta" en cada detalle. El chico esperaba atento la aprobación del mayor, y este, al probar el primer bocado, no pudo disimular el buen gusto de la comida.

—¡Está excelente, Kai! Como todo lo que haces.

El chico se sentó con su plato a la mesa muy emocionado a acompañarles.

A.D.A.NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora