—¡Atlas! ¡Tranquilo! ¡Mantente respirando! Eres fuerte, estarás bien...
El animal iba en el asiento gimiendo de dolor, pero aún respiraba. Mientras conducía, Kai ponía su mano sobre su cabeza y le hablaba para mantenerlo tranquilo. Al llegar al hospital, el joven besó al perro en la frente.
—No quisiera dejarte pero debo ir por el doctor Kauffman. ¡Volveré! ¡Lo prometo!
Dejó las llaves pegadas del vehículo, sabía que posiblemente tendría que entrar y salir rápido del hospital. Kai se sentía un poco abrumado por todo lo sucedido y por verse completamente solo sin estar muy seguro de lo que haría. Nunca había estado en un hospital y su única experiencia con este tipo de lugares era lo que conocía de las series de TV o las películas. Al entrar al área de "emergencias" se vio un poco confuso con todo lo que sucedía allí, y pudo presenciar aquello que el doctor Kauffmann trataba de solucionar a través de la ciencia: La fragilidad humana.
Kai miraba sorprendido a los diversos heridos, algunos de accidentes bastante graves que ingresaban en ese preciso momento y otros enfermos que requerían atención médica urgente. El joven observaba todas aquellas escenas casi en Shock, hasta que una doctora viéndolo allí de pie con expresión confusa, atrajo su atención:
—¡Hey! ¿Buscas a alguien o necesitas ayuda?
—¿Yo? Eeeehh... ¡Busco a alguien! Un hombre, Oskar Kauffmann. Tuvieron que traerlo aquí con una herida de bala. ¿Sabe algo?
—¿Cuándo sucedió eso?
—Anoche, le dispararon en el estacionamiento del centro comercial ubicado al este de la ciudad.
—¿Anoche? Yo acabo de llegar y ayer estaba libre. ¿Ves aquella enfermera que está allá? ¡Pregúntale a ella! Seguro si fue ingresado aquí estará en el registro.
Kai le agradeció y saliendo de la sala de "Emergencias" se acercó a la recepción del hospital. Pero en ese momento percibió algo que le hizo retroceder, así que sentándose en una de las bancas rodeado de gente, se puso su gorra y sobre esta la capucha de su hoodie. Bajó la cabeza y estuvo atento allí mirando a su alrededor. Entonces vio entrar a los hombres que le seguían, pero estos estaban más preocupados en ese momento de que atendieran a su líder, quién venía con el brazo literalmente "colgando" en tiras luego del ataque de Atlas.
El hombre gritaba de dolor y de inmediato atrajo la atención de médicos y enfermeras presentes que procedieron a trasladarlo a la sala contigua. Pero uno de los hombres, un moreno alto de cabeza rapada se acercó a la recepción y preguntó por Kauffmann haciendose pasar por un amigo.
—Está en la sala de hospitalización. Sólo suba al primer piso al fondo del pasillo. —Le indicó la enfermera.
—¿Sabe si un chico vino a visitarle? Un adolescente de unos quince a dieciséis...
—No. Sólo ha recibido una visita hasta el momento y es alguien mayor.
El hombre se dirigió entonces al ascensor. Kai escuchando esto se alarmó, así que viendo la escalera corrió hasta ella intentando llegar primero hasta Kauffmann. Pero al subir casi se topa con su enemigo y este a su vez dio un paso atrás al ver a unos oficiales de policía discutir con un médico residente.
—¡No está! ¡Ya he preguntado por él y al parecer se fue! Estamos repletos de emergencias el día de hoy, somos pocos y no nos damos abasto para atenderlos a todos y menos para vigilar que los pacientes "no se escapen"... —dijo en alta voz el médico que era cuestionado por los oficiales.
—Ese hombre es testigo de un crimen. ¡No debieron permitir que escapara! —Uno de los oficiales se encontraba muy contrariado por lo sucedido.
Al escuchar esto, el hombre que buscaba a Kauffmann regresó al ascensor. Entretanto, Kai estaba preocupado ya que no sabía a donde estaba su mentor, ni cómo podría localizarlo. Permaneció un rato más en la escalera dando tiempo que el hombre y los oficiales se alejaran de allí. Minutos después ingresó a la habitación y sólo estaba la cama vacía.
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A.D.A.N
Ficção CientíficaSinopsis: El doctor Oskar Kaufmann está obsesionado con descubrir los secretos del genoma humano. Cree que allí se encuentra la clave para la prevención de terribles enfermedades, mutaciones y males congénitos. Podría de hecho encontrar dentro del A...