Día Catorce

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El aroma amaderado de Gonzalo inunda mis fosas nasales... Nunca me cansaré de ese aroma tan característico de él. Abro los ojos pero todo es oscuridad... No creo haberme despertado en plena madrugada y eso me cerciono al levantar la cabeza, con ella la sábana cubriendo mi cabello. Apenas me puedo mover a causa de los brazos de Gonzalo rodeándome fuertemente por la parte media de mi espalda. Nuestros cuerpos están pegados y el calor me invade al pensar en la manera de despertarlo. Pero hay algo más que capta mi atención: me siento observada. Giro medio cuerpo y encuentro a mi madre sentada en el sillón donde dejo mi vestimenta para el día. Llevo una mano a mi pecho y el corazón late acelerado.

- ¡Me has asustado mamá!- susurro exaltada para no despertar a Gonzalo- ¿Qué haces aquí?

- Chiara me dijo que tenía que despertarte y sinceramente no sabía de qué lado estabas...- señala la sábana sobre mi cabeza y le sonrío- Le has acostumbrado a dormir con la sábana hasta la cabeza sin importar el calor que haga.

- Eso no es nada, tengo la sensación de que después de conocerme, tiene una pequeña obsesión de abandonar la silla de ruedas y usarme como su bastón...

- Está más que claro que tiene fe ciega en tí hija.- me interrumpe y suspira- Hombres chapados a la antigua como Gonzalo ya casi no se ven, en este siglo son superficiales y las mujeres no quedan atrás. Tú has sido la excepción, nunca miraste a un hombre por su apariencia y a la prueba está Kevin.- los brazos de Gonzalo se tensan y trato de no delatarlo ante mi madre- Un joven adoptado, que viene del continente más pobre, su piel es oscura y el punto común del racismo... Aunque Gonzalo es de América, te has enamorado de él tal como es. Hay que admitir que llamas la atención de cualquier hombre, pero tengo la certeza que él es el hombre indicado para unir tu vida. Espero sepan aprovechar que ustedes son especiales y están destinados a estar juntos.- se acerca a besarme la frente- Te quiero mucho hija.

- Yo también te quiero madre.- me sonríe y se retira de la habitación.

- Me agrada mucho más Amelia ya que tengo conocimiento de que soy aceptable para ella.- esconde su rostro en mi cuello y su respiración choca en mi piel, estremeciéndome- Buen día princesa.

- Buen día Gonzalo. ¿Cómo te sientes?- mis ojos se dirigen a la venda y mi dedo pulgar acaricia la zona de la herida.

- No duele, lo cual eso es bueno.- se encoge de hombros- Mi enfermera personal supo cuidarme bien... Y le agradezco mucho por eso.- me sonríe y besa mi mejilla- Pero es hora de levantarnos, hoy es el gran día y quiero que te concentres en el partido. Motivate con las personas que tenés alrededor, olvidate quien es tu contrincante, solo piensa en que el torneo es tuyo.- asiento sonriente y tomo sus mejillas para luego invadir su boca- Me encanta ese entusiasmo, debería hacerlo más seguido y recibir a cambio esos besos tuyos.- su voz es apenas audible a causa de la falta de aire.

Amor Sobre Polvo de Ladrillo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora