I
Me remuevo en el asiento... O al menos hago el intento. Suelto un gran suspiro y abro los ojos en el intento de moverme, pero ni siquiera puedo mover mis brazos. La causa es que Gonzalo, prácticamente está sobre mí, quedando atrapada entre él y la ventanilla. Observo la misma, asimilando que el cielo aún es oscuro. Como puedo miro el reloj, del que casi nunca uso, que son las siete de la mañana y me parece raro ya que acostumbro a que para esta hora está amaneciendo, solo que no sé en donde estamos. Queda por recorrer menos de la mitad de viaje y apenas puedo quedarme sentada. Con el menor movimiento posible acomodo a Gonzalo en el respaldo de su asiento, me pongo de pie y camino por los pasillos bajo la atenta mirada de la azafata que cubre su turno.
Salgo del baño, chocándome con uno que otro madrugador y me felicitan por el torneo ganado. La verdad es que me sorprende que aún lo hagan, pensé que sería noticia del día y después se olvidarían de lo ocurrido la semana anterior. Ante la prohibición de utilizar celulares durante el vuelo, prometo que en la primera escala estaré dispuesta a las fotos y todo eso... Más camino y más personas están en la misma condición que yo. Es un viaje muy largo y por ser la primera vez, debo admitir que es agotador. Antes de acomodarme en mi asiento controlo a todos los que me acompañan estén durmiendo y para sorpresa mía, mi familia y Damiano están despiertos. El horario que usamos amerita a que estemos despabilados y que aún esté de noche nos desconcierta.
Lo que me parece raro es que Marie y Anthony no tomaron el vuelo con nosotros, al menos lo que Gonzalo me ha hecho entender que ellos volverían con nosotros y es lo mas lógico porque su trabajo es llevarme a Buenos Aires para firmar contrato... ¿Tendrán su propio avión? No creo que lleguen a tanto. Con mis ahorros puedo comprarme mi propio avión, pero sería ilógico hacerlo. ¡A quien quiero mentirle! ¡Es lo último que compraría! Prefiero una y mil veces una colección de autos. Pero esa idea se va de mi mente cuando un par de brazos frenan mis pasos hacia mi asiento.
- ¿Crees que está sonámbula?- pregunta Marie a la vez que suspiro y bajo la mirada mientras me empujan hasta quedar frente a ellos- No tiene pinta de estar dormida.
- Es porque no lo estoy.- les respondo y ellos me miran avergonzados- Creí que habían tomado otro vuelo.- me cruzo de brazos y frunzo el ceño- Me parecía raro que no viajamos en el mismo avión...
- En realidad estamos en primera clase.- interrumpe Marie y los observo sorprendida-- Estamos solos y pedimos a una de las azafatas que los invitaran a ustedes, solo que una persona se ha negado.- me sonríe y niego con la cabeza.
- No me acostumbro a los lujos, o más bien, ya bastante tuve en mi vida.- asienten, creo que entendiendo el porqué- Ustedes si que se lo permiten, ¿No?
- Como habrás visto, todos los asientos están ocupados y no llegamos a reservar asientos comunes.- Anthony se encoge de hombros- No podíamos tomar distintos vuelos, Oscar me mataría que no llegamos con vos a Buenos Aires.
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Amor Sobre Polvo de Ladrillo ©
RomanceUna cita a ciegas preparada por sus mejores amigos cambiarán sus vidas para siempre... Ambos son tenistas profesionales, ella es una de las mejores del mundo y él sueña con ser el mejor del deporte adaptado.