Capitulo 6: The man

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Un hombre peligroso, una mafia, un tío que tiene personas capturadas para satisfacerse de sus placeres repugnantes, y si, hablamos del mismo hombre, aquel que secuestró a una joven solo por que le había gustado su cuerpo, solo por que vio algo atractivo en ella. Su cuerpo. Y si, allí se encontraba de nuevo satisfaciendo sus deseos, de la manera en la que él quiere, de la manera en la que el dicen, entrando y saliendo de ella como si no hubiese un mañana, la chica solo gritaba, esperando a que alguien le ayudase aun que sabia que nadie la escucharía, ella tenía fe de que toda esta tortura se acabara.

Sus penetraciones fuerte y firmes no paraban, evidentemente no le importaba cómo se sintiera la chica, solo pensaba en terminar su acto y dejarla allí, lista para la siguiente vez que él entrara. Y una vez la chica se callo cansada de tanto gritar y de todo lo que le había hecho, el acabo, levantándose y saliendo por la puerta sin decir una sola palabra. La chica empezó a llorar, al no saber que más hacer, al no saber qué decir o como salir de allí, era obvio que aún que la estuvieran buscando jamás la encontrarían, en esa habitación no había ventanas, eso podría decir que probablemente estuvieran bajo tierra, que era lo las obvio en estos casos.

Samuel no se cansaba de hacer lo que pensaba, se sentía el rey, se sentía imparable, sabiendo dónde atacar, como y cuando, se acercó al salón del cuartel en el que estaban y observó a Guillermo que observaba la televisión.

- ¿Qué miras?- Le preguntó sentándose al lado de su amigo.

- Ya la están buscando- Habló este y Samuel miro el televisor, en las noticias salía que buscaban a la chica en su país.

- Que la sigan buscando, para cuando la encuentren no querrá irse- dijo este muy seguro de sí mismo y camino hacia arriba.

- ¿Donde vas?- le preguntó.

- Voy a la empresa, necesitan de mi ayuda, quedas a cargo- Salió del lugar.

Guillermo aprovechó y fue al cuarto de la chica, está se encontraba en ropa interior, el chico cogio la ropa que era de ella y entro al cuarto de esta, la chica volteo a mirarlo inmediatamente y se alejó de este lo más posible encontrándose con la cabecera de la cama.

- Por favor... No me hagas nada...- Dijo apenas audible.

- Tranquila, yo no te haré nada- Puso la mano en la cama y dejo la ropa cerca de ella, está rápidamente se la colocó.

- ¿Por que me ayudas...?- dijo ella tímida, tenía miedo de que el le hiciera algo si decía algo que el no quería.

- Tu no tienes la culpa de nada- Este la mira.

- Entonces ¿Por que me hace esto?- le miro con aire tímido.

- No sabe que hacer, yo le conozco, sé que en el fondo es un buen chico, pero tiene problemas y no sabe como desahogarse, créeme yo también he tenido problemas con el, solo que diferentes- defendió a su amigo, aun que intento justificarlo, aun así sabia que lo que hacía Samuel no estaba bien.

- ¿Contigo es igual?-

- Es mi amigo, ese tío no sabe cómo expresarse, no digo que este bien, conmigo también se ha comportado como un idiota, solo que yo se como tratarlo por que tiene como cierta vulnerabilidad- la miró a la cara, tenía un semblante indescifrable, tenía miedo, rabia, y solo había un modo de hacerla sentir mejor.

- Me gustaría que no fuese un imbecil y se de cuenta de el daño que me hace por satisfacer sus putas necesidades- Dijo ella abrazándose, el chico colocó una mano en su espalda, provocando que la chica se asustara.

- Pase lo que pase, todo mejorara, créeme- Le sonrió antes de salir del lugar, aun que sabia que no podía dejarla salir por más que quisiera verla libre, tenía que tener una fuerte conversación con su amigo ejecutivo.

Pasadas unas cuantas horas Samuel regreso a aquel lugar, paso al salón donde se encontraba su amigo, no sin antes haber revisado cómo iban todas las cosas en ese lugar y que no se haya salido de control nada.

- Me informaron que entraste al cuarto- dijo él, no enojado, más bien estaba lo más pacífico posible.

- Si lo hice, Samuel la tienes allí sin ropa, ¿Y que le das de comer?- Se levantó para estar a la misma altura.

- Lo suficiente para que sobreviva y no se enferme- Dijo seco, no le había agradado la manera en la que se había metido con lo que "le pertenecía"

- Es una persona, no un objeto para tu provecho- Comenzó a cabrearse con él.

- Yo hago lo que me da la gana- Lo miro.

- ¡No!-Le dio un leve empujón lo que provocó que Samuel se sorprendiera, allí fue cuando se vio venir el regaño- Es una chica quien tienes allí, acaba de cumplir 18 años, no ha vivido nada, era inocente hasta que decidiste hacer eso, Samuel, estás enfermo- Le grito y Samuel solo se quedó callado, en cierto punto podría tener razón, si, estaba enfermo, y era capas de dejar su semilla en la chica solo para que su familia no desaparezca- ¿Que dirían tus padres si miran eso?-

Y allí fue cuando Samuel observó todo lo que había hecho, si, Guillermo había usado armas para atacar, ya que él sabía que la mejor manera de hacerlo sentir mal era hablando de sus padres, que habían muerto en un accidente de avión hacia ya varios años atrás, dejándolo devastado, con su empresa apenas naciendo, ellos lo habían apoyado y siempre lo hacían sentir como un niño, después de su pérdida se convirtió en el hombre que es ahora.

- Has caído bajo Guillermo...- Habló este.

- No, tú has caído bajo, ellos se fueron y tu sigues aquí, no por eso tienes que ser un hijo de puta con la gente, te pasé todo esto, te pase que tuvieras a hombres a tu control para conseguir dinero de una manera ilícita, pero esto ya fue pasarse de la línea Samuel- Hablo en voz alta, enojado.

- Pareces mi madre- Dijo el, no se atrevía a insultarlo ya que no quería arruinarlo más de lo que ya lo estaba haciendo, estaba vulnerable, ahora mismo parecía un perrito siendo regañado.

- ¿Quien más lo podría ser? Yo siempre eh estado aquí, yo estoy consiente de todo lo que haces, se todo lo que diriges, por que yo también lo administró, y no me voy a venir como un santo, pero cuando ya tratas con personas, maltratándolas como lo estás haciendo, eso ya me puede, hable con ella, ella es buena chica, no tiene la culpa de tus deseos sucios, ¿Me entiendes? Date cuenta de lo que estás haciendo, por que aún puedes estar a tiempo de redimir todo este daño psicológico con lo que podría ser algo bueno, ya que ella podría estar de tu lado, tenerla contigo, con ella queriéndote, sin que esté aquí a la fuerza...

Esclava del amor | Samuel de LuqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora