Capitulo 5: Dangerous man

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Miró la puerta de la chica, obviamente sabia que al otro lado se encontraba ella, miro por la pequeña ventana que había allí para ver como estaba, estaba dormida, la cama miraba a la puerta por lo que podía ver su culo, eso hizo que la mente de Samuel volará por los cielos, sintió como se ponía caliente al imaginarla con todos sus fluidos en la cara, cerró la ventanilla para que nadie lo viese, no por miedo, sino por que no quería que lo viesen.

Entro, cerró la puerta y la miro, todo estaba a oscuras, se acercó a ella, podía alcanzar a ver su rostro, la miraba alli acostada, decidió comenzar a acariciar su torso, la chica solo suspiro, como si este gesto le hubiese gustado, movió una de sus manos y las esposó a la cama, continuó con la otra mano, y miró su torso, con lujuria, deseo. Se sentó sobre la chica, con ansias de hacer lo que estaba por comenzar, con rapidez quito las bragas de la chica, provocando que esta despertara muy bruscamente, rápido, el tapo su boca.

- Más te vale que no grites, si no quieres que esto sea más doloroso para ti- La chica perdió toda gana de gritar al escuchar su amenaza, debido al miedo recorrido en ella un nudo se formó en su garganta, Samuel movió su mano hasta la feminidad de la chica, metiendo dos dedos en ella, la chica dio un grito de dolor, intentó con todas sus ganas darle una patada al chico, pero debido a la posición de este, le era imposible, solo se retorcía mientras el hombre comenzó a mover los dedos dentro de Freya, mirarla retorcerse, para Samuel era lo más excitante que podía ver, sus ojos se llenaron de fuero, de lujuria, escucharla gritar para el, solo hacía que su erección se hiciera cada vez más grande.

Freya solo intentaba escaparse de lo que el hombre comenzó a hacer, miro sus brazos, estaban esposados, lo que comenzó siendo un día bonito, que la mantuvo pensando todo el día en el beso que le había dado, terminó en esto, una violación, aun que era realmente atractivo el hombre, automáticamente paso a un depravado sexual que ahora mismo estaba abusando de ella, y bien, su primera vez fue de esta manera, arrebatada por un hombre al que apenas sabia su nombre.

Samuel continuó con su movimiento de manos, deshaciéndose del sujetador que tenía puesto, mientras con una mano masajeaba sus pechos con la otra comenzó a desabrochar su pantalón, quedando así con su erección a su máximo esplendor excepto por la tela de su bóxer que aún permanecía en su lugar.

La única que no disfrutaba de esto en lo absoluto, era Freya, solo sentía como todo su interior hacia sido allanada, Samuel ya había quitado sus bóxers, y sin titubear introdujo su miembro en la chica, con tanta rapidez que una lagrima había caído de sus ojos y seguido de eso sintió como sus piernas perdían fuerza, sus ojos ya estaban nuevamente cansado, lo que Freya hacia pensado siempre que sería una sensación placentera y deliciosa ahora se había convertido en una idea perturbadora y  desagradable para ella, solo dejó que terminase lo que había comenzado ya de una vez.

Siguió las embestidas fuertes, desahogándose con todo lo que había sufrido hoy, totalmente una faceta que ninguno de sus amigos había visto antes, aun que Freya ya estaba débil, aun gritaba por el dolor que este le causaba.

[...]

Después de haber terminado Samuel, la dejo allí, desnuda, quitó las esposas y como está no mostró resistencia, este se colocó la ropa y salió de la habitación, cerrándola con la llave que solo tenía el, decidido a ir a arreglar las cosas con su amigo, aun que este es posible que lo mande a paseo, hará el intento, debido a que el es el único con el que no puede estar disgustado.

Tocó la puerta de la habitación del chico, dio un suspiro, ¿Como es posible que de un momento a otro haya pasado de un chico, con sed de sexo y placer, a un hombre preocupado por su amistad con su mejor amigo? Pues fácil, muchos años de haber hecho lo mismo, mostrar otra cara para no levantar sospechas y, aun que nadie pueda llegar a creérselo, Samuel puede llegar a ser un chico tierno.

- ¿Quién es?- Se escucho del otro lado de la puerta.

- Gui... Guillermo... déjame entrar- Aun que sus esperanzas tenían un 50% de probabilidades de fallar en el intento de reconciliarse con su amigo.

El pestillo de la puerta se abrió y Samuel entro cerrándola después de haber entrado.

- ¿Qué necesitas Samuel?- Dijo este con tono borde, frío.

- Disculparme, no bebí haberme puesto de esa manera, no pensaba lo que decía- Samuel miro el piso, totalmente derrotado por la actitud que había tomado.

- Te pusiste peligroso Samuel, debes dejar de ser tan temerario ¡Joder!- le reprochó, eso hizo que Samuel le mirase.

- En serio lo siento, Guillermo, se que soy temerario, pero no quería amenazarte, no tenía pensado eso- Siguió defendiéndose.

- Pues más vale que comiences a pensar lo que dices, por que sólo conseguirás cosas de las que luego te arrepentirás- Guillermo continuo regañando, Samuel solo lo miraba arrepentido, eran tan cercanos que para Samuel era muy difícil enseñar su faceta dura, aun cuando acababa de hacer lo que realizó hace apenas unos minutos.

Guillermo suspiró

- Intenta no ser el idiota que todos creen que eres- El chico se sentó al lado de donde estaba Samuel.

- ¡Necesito mantener una reputación!- Exclamó

- Pero al menos podrías dejar de ser tan gilipollas- Volvió a reprocharle,

- Vale... Haré el intento....

Esclava del amor | Samuel de LuqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora