Nora. "Anne y Luke... y Leia".

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-¡Nora, muévete vamos a llegar a tarde!- la dulce voz de mamá me alienta para seguir vistiéndome. Porque, ¿qué hay más dulce en este mundo qué empezar con los gritos de tu madre por la mañana?... un clásico.

Levanto mi almohada y tomo la dona para el cabello que deje la noche anterior bajo ella y me levanto de nuevo de la cama. Salgo de la habitación y camino hasta el baño... un pie delante del otro. Llego al baño y lo primero que hago es ver mi horroroso reflejo que consta de: 1) Cabello cepillado en el frente y hecho un estropajo en la parte de atrás. 2) Ojos rojos como si estuviera drogada con un poco de lagañas* en los ojos. 3) Polvo blanco pegajoso en un mejilla. 4) Boca seca lo que provoca y último 5) Aliento horrible.

-¡Nora quieres huevo con tus chilaquiles*!- el grito de mamá de verdad es potente porque me lastima el tímpano.

Bostezo y camino al pasillo para ir al comedor, papá no está porque él sale todas las mañanas a trabajar y mamá y yo nos quedamos hasta que voy al colegio y mamá se queda en casa.

Pero hoy me quedo en casa, ya que por obras del espíritu santo y gracias a Jesús, hoy-no-hay-clases.

-No, gracias no tengo mucha hambre- le digo y tomo asiento. Con una mano me recojo el cabello y con la otra me sujeto el cabello con la dona.

-Está bien- asoma su cabeza desde la cocina, me da una breve sonrisa y vuelve a la cocina.

Puedo escuchar los sonidos de los trastes chocar y el olor de la comida saliendo de los sartenes. Mamá sale con dos grandes platos en las manos y en la boca un pequeño sobre de té.

-Toma, cometelo todo- me dice al mismo tiempo en que deja uno de los platos frente a mí. Doble porción de huevo, doble porción de chilaquiles, doble porción de tocino.

Mamá se sienta frente a mí y abre el pequeño sobrecito y lo sumerge en su taza.

-Ma... es...- la miro- es demasiado, está vez es demasiado- le digo sin quitar la vista del plato.

-No importa, te lo comes todo- se acomoda en su silla- porque lo que tú tienes y no quieres hay millones de niños y personas que lo quisieran y no lo pueden tener- toma una cuchara y se mete un bocado de huevo a la boca- y te lo comes todo- me apunta con la cuchara.

-Bien... tranquila- le digo en susurro.

Empiezo a comer poco a poco y mientras yo termino con un bocado, mamá se mete cinco o seis a la boca y no se detiene. Tomo un poco de leche y sigo observando a mamá y su atraque de comida.

-Mamá ¿te encuentras bien?- le digo.

-Por supuesto, sólo que tengo mucha hambre... ayer no cene y hoy... ¡un hambre!- me dice entre bocado y bocado- pero cuéntame ¿qué van a hacer hoy en el supermercado?- dice mientras termina su bocado y toma la taza.

-Pues hoy, Loranca quiere que todos ayudemos a adornar- me llevo un pedazo de tocino a la boca- pero tal vez sea un poco difícil porque siempre los graciosos creen que no los tenemos vigilados, pero tenemos ojos en todas partes y nadie- tomo una porción de chilaquiles- absolutamente nadie- lo meto a mi boca, mastico y trago- nadie se llevara nada gratis en mi puesto.

-Mmhh...

Miro de reojo a mamá y a dejado de comer y la cara se le ha puesto de color verde.

-¿Mamá te sientes bien?- la miro y dejo la cuchara en el plato.

-Sí... sólo- cierra los ojos- ... comer rápido no...-levanta la vista y avienta la silla hacía tras, haciendo que ésta caiga y choque contra el suelo al tiempo en que mamá sale corriendo al baño.

¿Lista para crecer? (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora