Concepción

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Un mes había transcurrido desde el traslado de Emma a la mansión. Las dos mujeres no habían querido precipitar las cosas y deseaban asegurarse de que la convivencia funcionaba antes de lanzarse. Evidentemente, había habido varias grandes peleas, pero comenzaban a conocerse y ahora conseguían solucionar los conflictos rápidamente a golpe de compromisos.

Esa mañana estaban desayunando tranquilamente mientras Henry aún dormía.

«Pronto entraré en periodo de ovulación» declaró la morena con si nada mientras consultaba sus emails en su Smartphone.

Emma alzó la cabeza de su bol de cereales y miró a la otra mujer con incomprensión.

«¿Ahora tenemos este tipo de conversación? ¿Se supone que te tengo que decir cuando me viene la regla?»

«No, no tienes que decírmelo. Desgraciadamente es una información que ya tengo» la rubia frunció el ceño y ella se explicó «Estabas realmente insoportable la semana pasada y no te molestaste en vaciar la papelera del cuarto de baño. Sabes que no soy tu señora de la limpieza, ¿verdad?»

Emma reviró los ojos y continuó comiendo como si no hubiera escuchado, sabiendo que era preferible no responder. Regina inspiró y expiró lentamente, y después dijo calmadamente.

«Como sea, había pensado que podríamos intentarlo» Vacilante, precisó «Si te sientes lista, por supuesto, si no, podemos esperar al mes siguiente»

«¿Tienes que estar ovulando para hacerlo?» preguntó Emma con la boca llena

«Sabía que un día tendría una conversación sobre "¿Cómo se hacen los bebés?", pero pensaba que sería con Henry» soltó sarcásticamente la Reina sonriendo.

«Sé cómo funciona...» precisó la rubia sacudiendo la cabeza «Pero no sabía que sería necesario si íbamos a utilizar la magia»

«La inseminación es mágica, pero todo el resto es convencional. No funcionará si mi cuerpo no está biológicamente preparado»

«Ok. ¿Será tanto mi hijo como el tuyo?» la sheriff sintió que su pregunta era torpe e intentó reformularla «Quiero decir, ¿el niño...?»

«Sí» la cortó la morena «Tendrá la mitad de mis genes y la mitad de los tuyos»

Emma se quedó algunos segundos pensando, después asintió sonriendo ligeramente.

«Sí, me gustaría que lo intentáramos»


Viernes por la tarde-dos días más tarde

Emma tocó discretamente a la puerta de la morena, después entró en su habitación. La joven la esperaba confortablemente sentada en su cama, con un libro en las manos.

«Todo bien, está durmiendo»

Regina asintió, se levantó, e indicó a la rubia que se sentara en el suelo. A continuación, cogió de encima de la cómoda una ampolla que contenía un líquido espeso marrón y un puñal, y se sentó frente a la otra mujer.

«¿Estás segura de que lo has comprendido todo?»

Emma puso los ojos en blanco y respondió con voz laxa

«Sí, Regina»

En efecto, esta última le había explicado el procedimiento largo y tendido durante dos horas enteras hasta que ella se lo aprendió de memoria.

«Bien» la morena asintió, concentrada «Sobre todo, no lo olvides. Cuando comencemos, deberás focalizar tu mente en lo que queremos obtener. Debes visualizar la interacción de tu magia y la mía» Acompañaba sus palabras con grandes gestos y unió sus manos para simular una unión y añadió «Tienes que tener tantos deseos de tener este bebé como yo, de lo contrario, no funcionará»

Quiero un bebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora