Cambios de humor

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Regina cerró los ojos y dejó reposar su cabeza en el borde de la bañera mientras emitía un suspiró de satisfacción. El agua caliente parecía sosegar al bebé y los vapores a manzana que invadían el baño la ayudaban a relajarse.

Pensó en la joven acostada en su cama y no pudo evitar sonreír ligeramente. Definitivamente algo pasaba entre ella y la sheriff. Sin embargo, Regina se preguntaba si la rubia se sentía realmente atraída por ella o si solo le gustaba el juego que se había instaurado entre las dos.

Además, aunque ella decía no estar interesada, Emma pasaba mucho tiempo con el pirata. ¿Acaso todo esto no sería más que un juego de provocación para la rubia?

Pensó entonces en el comportamiento de la joven algunos minutos antes. ¡Dios, cómo habría deseado que no se hubiese parado! Suspiró suavemente sintiendo un dulce calor apoderarse de ella. ¿Sería consciente la Salvadora de que estaba jugando con fuego?

Dejando sus manos vagabundear por su cuerpo, Regina imaginó que Emma estaba allí, con ella, lista para responder al menor de sus deseos. Rozó suavemente su pecho y, mientras se pellizcaba un pezón, deslizó otra mano entre sus muslos.

«¡Hmmm...!»

Emma se incorporó inmediatamente en la cama al escuchar los gemidos que provenían del baño.

«¡Emma!»

Regina acababa de emprender un lento vaivén e intensificaba progresivamente el ritmo de sus movimientos mientras se mordía los labios.

La rubia se levantó despacio, y siguiendo su instinto, avanzó hacia la puerta y contuvo su respiración al escuchar más claramente los gemidos de la joven. Se quedó fija en el sitio cuando comprendió que la morena pronunciaba su nombre. Emma posó su mano en el pomo de la puerta, dispuesta a entrar, pero se detuvo en el último momento. Gruñendo de frustración, se dejó deslizar de espalda a la puerta y cerró los ojos sacudiendo suavemente la cabeza. Esta mujer me vuelve completamente loca

Regina había escuchado a la rubia moverse y esperó que se uniese a ella. Cuando comprendió que se quedaría tras la puerta, aumentó entonces el ritmo de sus dedos. Si eso era todo lo que podía obtener de la joven por el momento, lo iba a aprovechar.

«¡Emma...más fuerte...Sí!»

Emma se mordió violentamente el labio hasta sentir el gusto de la sangre en su boca. Quería a Regina, la quería de tal manera que sentía todo su cuerpo arder ante cada uno de sus gemidos.

Al cabo de unos minutos, escuchó una última ráfaga de placer y volvió a la cama de mala gana temblando ligeramente.


Lunes-16:00. Despacho de Regina Mills

Regina daba golpes impacientemente con las uñas sobre la mesa esperando que su secretaria acabase de anotar.

Emily se humedeció nerviosamente el labio antes de recapitular.

«Entonces, anulo su reunión de mañana con el responsable del puerto y lo citó para el jueves a las 14:00. Mañana, libero toda su sobremesa para que pueda hacer el balance del Granny's con la señora Lucas. El viernes por la mañana, tiene una reunión con el Hada Azul y sus consejeras para la organización de la Fiesta de Primavera y por la tarde se ocupara de la contabilidad de la ciudad» dio la vuelta a la página para verificar que no se había olvidado nada y continuó algo vacilante «La señorita French desearía hablar con usted esta semana, ¿la puedo citar el miércoles a las 14:00?»

«No» respondió secamente Regina revirando los ojos «el miércoles paso la sobremesa con mi hijo. Búsquele un hueco mañana por la mañana»

«Muy bien» Emily anotó rápidamente la información mientras se mordía el labio.

Quiero un bebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora